En los campos verdes de la Universidad Central del Ecuador, en los años 70, varios aspirantes hacíamos cola en las inmediaciones de la residencia universitaria para ingresar a la ‘’escuelita del bosque’’ o más conocida como Escuela de Ciencias de la Información.

 

Y fue ahí donde comenzó una relación entre los jóvenes y adultos con experiencias en los medios de comunicación, que aspirábamos a ser periodistas profesionales.

Una relación de amistad y compañerismo, que duraría toda una vida dentro y fuera de las aulas universitarias.

Y nuestras familias estuvieron en el escenario de la comunicación social. Nos reuníamos en nuestros hogares, cada mes del año para conversar, dialogar y escribir la historia de la vida de los periodistas radiofónicos y la incidencia con la familia. ¿Cómo es ser esposo o esposa de un periodista?

Compartimos momentos felices con nuestros hijos e hijas en la elaboración del menú. Un recuerdo inolvidable para todos.

Fuimos compañeros en las aulas universitarias prefabricadas y de la Escuela de Trabajo Social en donde compartimos materialismo histórico, semántica y semiología, imprenta, radio, televisión, mecanografía, entre otras materias.

En este momento de la vida de estudiante, voy a tomar lista a los compañeros y compañeras, que me acuerdo hoy: Germán Carvajal Torres, Sammy de la Torre, Antonio Sarango, Iván Granda Pinto, Rocío Villacis, Nora Abad, Carlos Neto, Ernesto Fonseca, Luis Apunte, Carlos Mendoza, Helga Serrano, Manuel Román Carrillo.

Hoy es un día especial para recordar a Germán Carvajal Torres, una voz que identificaba su personalidad y la búsqueda por educar a la audiencia. Una persona que gustaba de compartir la historia de la radio, en todo momento.

En su maletín grande llevaba su libreta de apuntes para escribir el lenguaje radiofónico, los errores, los aciertos, los ejercicios de vocalización, dicción, pronunciación, trabalenguas, redacción periodística y su experiencia de vida en las radios.

El sueño de Germán fue escribir un libro sobre la radio: los formatos radiofónicos, locución, pequeños formatos, producción radiofónica, elaboración de programas, las clases de locutores, apuntes que quedaron escritos en su imaginación.

En todos los rincones de su trabajo y de su hogar, se respiraba el ambiente de la radio. Un apasionado al ciento por ciento. Siempre escribía con esferográfico, no le gustaba la tecnología, hojas, libretas, cuadernos, quedaron guardados en algún lugar de su corazón.

Una de las anécdotas que compartió Germán en Radio HCJB, en tiempos de inocentes, fue la de Yolanda Molina de Aguilar, que le llenó su maletín con las cintas de grabación del departamento de noticias. Había culminado su trabajo periodístico, tomo el maletín negro y salió a su casa, ubicada en Luluncoto. Llegó y conversó con Rocío, su esposa, y le dijo que su maleta estaba tan pesada y que sus brazos le dolían. Ella le dijo que abriera y la sorpresa fue grande. Cintas de todo tamaño. Puras risas.

Germán nos contaba que cuando bajo la maleta de la mesa de noticias, casi se cae, del peso que tenía.

Otra de las anécdotas que vivimos en una tarde universitaria con el profesor de radio, fue que el Doctor “Frequency” Raúl López, nos quiso enseñar radio en el pizarrón y con tiza. Imagínese. Germán entró en cólera y le dijo que en ese momento podemos irnos a los estudios de Radio HCJB para que nos enseñe radio. Todos protestamos y nos organizamos para ir en grupos. Llegamos a la radio, el profesor sudaba, estaba nervioso y decía que somos un grupo con mucha experiencia en medios de comunicación. Claro. Unos en televisión, prensa y radio. Esa tarde fue inolvidable para todos.

De ahí en adelante, ningún profesor se salvó de las críticas de los estudiantes de la ‘’escuelita del bosque’’, intercambiamos criterios y experiencias con todos y todas las personas que impartían las materias. Aprendimos el abecedario de la comunicación social.

Siempre Germán motivaba para que el grupo de amigos nos dediquemos a la formación y capacitación de los nuevos estudiantes y colegas periodistas. El grupo cumplió con su pedido: Sammy, profesor de radio en la FACSO, instructor en CIESPAL, universidades, medios de comunicación; Manuel Román, instructor, profesor, Director del Departamento de radio de CIESPAL, universidades, gremios periodísticos, comunidades indígenas, CORAPE; Germán Carvajal instructor y capacitador en HCJB, gremios periodísticos, medios de comunicación, CIESPAL; Antonio Sarango, capacitador en universidades, medios de comunicación, de lo que recuerdo hoy como amigo y compañero.

Germán Carvajal Torres era muy exigente y serio cuando debían desarrollar las destrezas los pasantes en Radio HCJB. Debían cumplir con lo estipulado en el reglamento y las normas establecidas. Enseñaba como manejar las consolas, micrófonos, grabadoras, tornamesas, discos, locución y durante una hora los dejaba solos en uno de los estudios, bajo su responsabilidad. Regresaba a tomar la lección y a evaluar sus conocimientos. A nadie perdonaba. Era un gran maestro.

Por sus venas recorrían sangre, sudor y lágrimas del mundo de la radio.  No había nada que lo detenga, ni su reloj biológico se salvaba. Su vida fue estar siempre en los estudios de la radio.

Hablaba de los medios radiofónicos de antaño y de las producciones en vivo: los radioteatros, los elencos, locutores, productores, la ambientación, las imágenes auditivas, los libretistas, en fin. Conversaba como producían en esa época las series, radioteatros y programas en vivo.

Cuando entregaban el libreto a los participantes, sabían que personaje tenían que interpretar e informarse en qué lugar y época se desarrollaba la escena radiofónica. Cuántos personajes interpretaban. Cuáles son los sonidos que tenían que realizar. Simplemente creatividad, compartía Germán.

Las voces que escuchamos en las radios forman parte de las producciones, programas y el oyente es el encargado de crear las imágenes auditivas. Por eso, la voz es un desafío para el comunicador radiofónico.

Germán Carvajal Torres cuidaba su lenguaje familiar a través de su voz. No estaba de acuerdo con lo chabacano de los locutores, decía. Improvisar necesita de preparación e investigación. Leer en alta voz y entender el texto es importante para el comunicador y su audiencia. Sino entiende lo que lee a través del micrófono, peor aún va a entender el oyente, remarcaba.

Como locutor y periodista, Germán estaba siempre preocupado por los trabajadores de las radios, su situación económica y la relación con los dueños de los medios de comunicación social, por eso, fundó la Asociación de Locutores, redactó los estatutos y las normas.

Lic. Manolo Román