Jorge Zaldumbide Cáceres, la voz que dejó un legado en la radiodifusión ecuatoriana

 Foto: Izquierda, Jorge Zaldumbide Cáceres. Derecha superior, en 1972 cuando era director del noticiero de Canal 8. Derecha inferior, en Radio Quito con el dúo Benítez y Valencia, Eduardo Brito, Héctor Jaramillo, Bolívar “Pollo” Ortiz, Homero Hidrobo, entre otros…

 

Nació en Quito en 1932, en uno de los barrios tradicionales de la capital: La Loma Grande. Su ingreso al mundo de la comunicación se dio en Radio Libertad, de propiedad del Ing. César Pesantes; luego pasó a Emisoras Gran Colombia. Jorge Zaldumbide Cáceres fue uno de los fundadores de Radio Nacional del Ecuador, el 24 de mayo de 1961, durante el gobierno de José María Velasco Ibarra. Después Alfredo Jarrín Maldonado, sobrino de Gonzalo Maldonado Quijano, que era el director, le llamó a radio Quito. Don Jorge Mantilla Ortega, en ese entonces director de Diario El Comercio, le propuso que dirija el noticiero de “La Voz de la Capital”.

Formó parte del elenco de radioteatro de HCJB, dirigido por Gonzalo Portugal. En el grupo estaban también Álvaro San Félix, Fernando Fegan, Erika Von Lippke y Fernando Escobar. Fue integrante del Teatro Popular Ecuatoriano de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, dirigido por el italiano Fabio Pacchioni. Jorge Zaldumbide Cáceres aseguraba que “el teatro es la expresión más completa del arte, pues no se puede repetir solo se tiene una sola oportunidad, porque es en vivo y en directo.” Con su hijo, Jorge Luis, formó la empresa Producciones Zaldumbide (PROZA). Es el creador de la obra de radioteatro “Leyendas y tradiciones del Ecuador” en Radio Quito.

Fue amigo de Gonzalo Portugal, Milton “Pajarito” Salvador, Edison Terán, Alfonso Murriagui y Hernán Cevallos Salazar, con quien siempre se encontraba en el Café Modelo, en el Centro de Quito, para conversar sobre esa época de la radio.

Nació en la Guerra de los Cuatro Días

Jorge Zaldumbide Cáceres nació en un momento histórico para el país: “La Guerra de Los Cuatro Días” y una de las zonas donde se combatía en esos momentos era el centro de la capital ecuatoriana. La calle Rocafuerte, pasando el Arco de Santo Domingo hacia el occidente, había escaramuzas y disparos. Por esta razón, su mamá Delia Cáceres no pudo ir a la clínica y el parto fue en la casa.

Jorge siempre se sintió orgulloso de su barrio y de ser quiteño. Decía que La Loma Grande era la capital de Quito. Su hijo, Jorge Luis Zaldumbide Lasso, cuenta que, cuando cantaba el “Chullita Quiteño”, no mencionaba a los otros barrios, pues solo decía “la Loma Grande, la Loma Grande… y nada más”.

Radio Libertad

Cuando Jorge Zaldumbide Cáceres estudiaba en el Normal Juan Montalvo, tuvo un acercamiento con Radio Libertad, que estaba ubicada en su barrio y era de propiedad del Ing. César Pesantes. Su ingreso se dio porque consiguió un espacio para informar sobre el aniversario de un club de fútbol, del que formaba parte. En esta estación comenzó su apego a la comunicación, por ello le pidió al dueño de la estación, que le brinde una oportunidad para hacer un programa. El radiodifusor accedió gustoso porque su voz era microfónica, modulada y con dicción.

En el colegio una de las opciones era ser maestro. Por ello, sus padres: Delia y Luis decidieron inscribirle en el Normal Juan Montalvo para que se gradúe de profesor, pero esta aspiración no se dio. En este establecimiento educativo conoció a Gonzalo Benítez, quien era profesor del plantel. Con Luis Alberto Valencia, el otro integrante del Dúo Benítez y Valencia ya eran amigos previamente.

La actuación

El actor y libretista Hernán Cevallos Salazar cuenta que a Jorge Zaldumbide Cáceres lo conoció en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, en el Teatro Ensayo, bajo la dirección del italiano Fabio Pacchioni, quien llegó al Ecuador en 1964. Fueron parte de las obras: “La Guarda Cuidadosa” de Miguel de Cervantes Saavedra, “Las Aceitunas” de Lope de Rueda, “La Farsa” de Messié Patelín”, “El Tigre” de Demetrio Aguilera Malta y “El Pasaporte” de Ernesto Alban Gómez. Se presentaron en los mejores teatros del Ecuador, entre ellos el Sucre.

En ese grupo selecto de actores estaban también: Erika Von Lippke, Toty Rodríguez, Carlos Mena, Antonio Barragán, Lupe Machado, Armando Yépez, Alfonso Murriagui, quien fue profesor de la Facultad de Comunicación Social (Facso) de la Universidad Central del Ecuador y compañero docente de Jorge Luis Zaldumbide Lasso, también fue parte de este grupo. “Hizo varios montajes en los que mi padre participó como actor principal y secundario en diversas obras teatrales”.

Hernán Cevallos indica que a inicios de la década de los 60 en Ecuador se creó un grupo cultural denominado Los Tzántzicos, que se reunía en el café 77, en el centro histórico, y el director de teatro italiano se unió a ellos. Ahí estaban Ulises Estrella, Antonio Ordóñez, Marco Muñoz, Simón Corral, entre otros.

Pacchioni, quien tenía una formación en Francia, era un hombre muy recio, rígido, pero muy humano y capaz. Un profesional del que esa generación teatral aprendió mucho. “Mi padre no siguió en el teatro, pero tuvo experiencias que le marcaron para toda la vida”.  Era un recuerdo que tenía muy fresco en su cabeza y en su corazón.

La radioteatralización de la noticia

Su ingreso a Emisoras Gran Colombia se produjo tras un diálogo con el propietario de la estación, Eduardo Cevallos Castañeda, a quien le llevó una propuesta. En esa estación hizo un programa de cuatro horas, donde había música, noticias y deportes. En esos años se podía laborar paralelamente en dos emisoras, por ello aceptó la invitación del periodista, Edison Terán, para ser parte de Radio Cordillera.

Jorge Zaldumbide en una entrevista que le realizó el fallecido académico, Alfonso Murriagui, y que está publicada en el portal voltairenet.org, cuenta que con Edison Terán hicieron el primer programa de noticias nacional e internacional, pero con una innovación: la radioteatralización de la noticia, algo que hasta ese entonces no se había realizado en el país.

En la publicación, señalaba que es importante dar a conocer la información, pero con el énfasis que deben tener las noticias, para que los oyentes continúen escuchando, caso contrario tiene la potestad de cambiar de dial, por eso hay que prepararse y planificar.

Radio Quito

Jorge Zaldumbide Cáceres, en Emisoras Gran Colombia y Tarqui, no estuvo mucho tiempo, porque hubo personas que lo invitaron a ser parte de otras estaciones. Alfredo Jarrín Maldonado, su amigo de barrio, le invitó a Radio Quito, donde pasó la prueba que se solicitaba para ser parte del staff de locutores y sonidistas de La Voz de la Capital. Le dieron el espacio de las 20:00, que en esa época era el más sintonizado, y se emitía el informativo. Había programas musicales y artísticos en vivo, como “Canciones del Alma”, que conducía el Dúo Benítez y Valencia, quienes siempre estaban acompañados del guitarrista Bolívar “Pollo” Ortiz. El director de Radio Quito era Gonzalo Maldonado Quijano.

Jorge grabó la presentación de Canciones del Alma, que era un espacio con una amplia sintonía. En la presentación decía: “Con la hora, señores presentamos… Canciones del Alma, con Benítez y Valencia y Bolívar Ortiz” … El fondo musical que tenía esta presentación era la habanera “Van cantando por la Sierra”.

Cuando se trasladó a Radio Quito se encontró con una institución más grande, respaldada por diario El Comercio. El equipo era de primera categoría: Fabián Vizcaíno, Fernando Fegan, Humberto Pérez Estrella, Eduardo Brito y Humberto Jácome. Posteriormente se unió René Torres.

“Mi padre se integró por la calidad que tenía. En la década de los 50, 60 y 70 hubo voces únicas, por eso se denomina la época de oro de la radiodifusión ecuatoriana”. Jorge Luis no comparte mucho este término, “porque cada momento tiene su valor y sus características, aunque el estilo de comunicación era muy distinto al de ahora”. No hace falta tener una voz de gran calidad, con gran timbre, como era en ese momento, sino más bien otras condiciones que vuelven al momento distinto, pero con igual valor, reitera.

Aparte de las exigencias de la radio en esa época, Jorge también realizaba nuevas propuestas, como el radioteatro. Hizo una serie de producciones, que hasta la actualidad tienen vigencia y algunas de ellas todavía se trasmiten por “La Voz de la Capital”.

Jorge Zaldumbide Cáceres permaneció en esta emisora 12 años, desde 1958 hasta 1970. Aseguraba que sus mejores años los vivió en esta radio. En este medio les exigían a los locutores, sonidistas y trabajadores que vayan con terno y corbata. Era una de las condiciones que había impuesto la institución. “Mi papá decía que Gonzalo Maldonado era una persona muy seria y capaz, que dirigía la radio con autoridad”. Todos cumplían con esa disposición. Era la forma como se concebía el sitio de trabajo. Además, le exigieron exclusividad por ello dejó las otras emisoras.

El sueldo en Gran Colombia y Radio Quito

Como anécdota contaba que en Emisoras Gran Colombia y Tarqui el sueldo se cobraba en distintas fechas. Calculaba cuando estaba listo y retiraba. Hizo lo mismo en el primer mes de trabajo en Radio Quito. Esperó un poco hasta ver qué pasaba. De pronto, recibió una llamada de la contadora general, quien estaba enojada: “señor Zaldumbide, usted es la única persona de todo el personal de El Comercio y Radio Quito que todavía no ha venido a cobrar su sueldo. ¿Qué le pasa? ¿Por qué no ha bajado a cobrar?”.

Ahí se notó el cambio a una institución que tenía una organización diferente. Desde ese momento ya sabía que el 30, el 31 o la quincena de cada mes debía ir puntualito. “Tenía que cobrar no ha pedir de favor, sino solo a recibir un sueldo por su trabajo”.

Leyendas y Tradiciones del Ecuador

En Radio Quito encontró un ambiente para desarrollarse profesionalmente, con sus ideas creativas y consistentes. Presentaba noticias y conducía programas musicales. Empezó a profundizar su talento en el radioteatro, que lo había iniciado con Gonzalo Portugal, en HCJB. En radio Quito empezó a escribir, dirigir y actuar.

Dentro de las inquietudes de Jorge siempre estaba la actuación. En la radio también se fue por esa línea. A los directivos de “La Voz de la Capital” les propuso producir una serie radiofónica dramatizada sobre “Las Leyendas y Tradiciones”. Hacía la investigación, leía los textos de los diferentes autores y escritores que habían publicado leyendas y tradiciones de la ciudad. Con base a esos escritos hacía la adaptación para el radioteatro.

Entre 1968 y 1970 dirigió “Leyendas y Tradiciones del Ecuador”. Decía que en dos años produjo aproximadamente 90 episodios. En la entrevista realizada en 2008 por Alfonso Murriagui, aseguraba que “40 años después de su creación se sigue transmitiendo en Radio Quito, convirtiéndose en el programa de radioteatro más antiguo que tiene el Ecuador. La importancia fundamental de este trabajo fue la de preservar, para el futuro, lo que hicieron nuestros antepasados, sus costumbres, su gusto por las cosas, su manera de vivir, detalles de lo que ahora se llama identidad”.

El elenco de estas realizaciones lo conformaban: Erika Von Lippke, Lola Gavilánez, Hernán Cevallos Salazar, René Torres y Eduardo Brito Mieles, quien hacía las voces del costeño. Participó en algún momento Polo Barriga. La versatilidad en la actuación de todos los actores y actrices permitía a cada uno hacer dos o tres voces en la misma obra. “La calidad actoral era espectacular”.

La presentación de Leyendas y Tradiciones decía: “Vengo del más allá, para narraros aquellas cosas que ocurrieron en pasados tiempos. Tiempos tenebrosos que vieron hechos extraordinarios. Muchos de ellos sobrenaturales… Sombras del pasado que vuelven a nosotros, para contarnos sus tragedias, sus vidas tortuosas, arrancadas del abismo…”

La despedida de la obra decía: “Radio Quito presentó Ropaje fúnebre, radioteatralización de Jorge Zaldumbide, sobre un tema de Laura de Oleas, dentro de su serie “Leyendas y Tradiciones del Ecuador”. El reparto estaba conformado por René Torres, como Juan Bernardo; Guillermo Carrera, como Anselmo de la Gala; Jorge Aníbal Salcedo, como Miguel; Neptalí Cáceres, como Francisco; Marco Mena, como Damián; Gertrudis Orellana, como Matilde; Lola Gavilánez, como Rebeca; Jorge Linares, como el padre Juan; Luis Laso, como el cura Jorge; Alberto Herrera, como el rector. El técnico de sonidos era José Almeida. Jorge Zaldumbide Cáceres actuaba, narraba y dirigía.

Dentro de la serie “Leyendas y Tradiciones del Ecuador” también dirigió El Padre Almeida, una leyenda quiteña de José Gabriel Navarro. Esta obra contó con el siguiente reparto: Erika Von Lippke, Lola Gavilánez, René Torres, José Luis Lasso, Jorge Aníbal Salcedo, Gertrudis Orellana, Juan León, Bertha Yépez, Heida Paulina Yépez. El técnico de sonido fue José Almeida. El slogan decía: “Fue una producción cien por ciento ecuatoriana, realizada en los estudios de Radio Quito “La Voz de la Capital”.

Radio Nacional del Ecuador

Jorge Zaldumbide Cáceres se caracterizó por su calidad humana y talento profesional. Su voz era muy cotizada, ya que reunía las características que se estilaba en los medios en esa época: microfónica, dicción, vocalización, contenido… Fue uno de los fundadores de Radio Nacional del Ecuador. Gonzalo Proaño, quien era el director de la estación, le pidió que sea parte de su equipo. Jorge aceptó la propuesta del también actor y uno de los creadores del Radioteatro en Ecuador.

A las 20:00 del 24 de mayo de 1961, se inauguró Radio Nacional del Ecuador. En la entrevista realizada por el catedrático de la FACSO, Alfonso Murriagui, Jorge le comentó: “yo tuve la satisfacción y el honor de presentar al presidente de la República, José María Velasco Ibarra, inaugurando la emisora que estaba situada en la calle Guayaquil, a pocos metros de la Plaza del Teatro, su director de programas era Humberto Pérez Estrella”. En esa estación permaneció alrededor de cuatro años.

Canal 8

El desempeño y la calidad en el trabajo que realizaba en Radio Quito permitió que sea tomado en cuenta para ingresar al mundo de la televisión. Jorge Mantilla Ortega, director de Diario El Comercio, conocía la calidad profesional de Jorge Zaldumbide Cáceres, por ello lo llevó a dirigir el noticiero de Canal 8. “Mi papá aceptó el reto profesional, porque tenía la capacidad de hacerlo y lo demostró”.  En la televisión capitalina estuvo desde 1970 hasta 1975.

Jorge Luis Zaldumbide Lasso cuenta que en esos años no había la facilidad del video, porque no se había desarrollado tecnológicamente este medio. En 1970, cuando empezó en el canal, lo único que había eran las grabaciones de cine, que era un proceso complicado, porque se realizaba la filmación, luego se revelaba la película y se editaba a mano con tijeras.

“Obviamente había máquinas para editar, pero el proceso era artesanal, se lo hacía con las manos. No aplastando botones o, como ahora, topando la pantalla del teléfono”. No Había posibilidad de grabar audio, porque la filmación era solo imagen. Revelaban en el canal y el momento en que se transmitía la noticia, escribían un texto narrando lo que se veía en las imágenes. Era muy complejo.  “Mi padre contaba que tenía el apoyo de siete personas que producían los tres noticieros, entre ellos Carlos Carcelén”. Presentaba las noticias Jorge Zaldumbide y le acompañaban, esporádicamente, Freddy Ehlers y Polo Barriga.

Con estas limitantes, Jorge produjo tres noticieros diarios: 13:00, 19:00 y 22:00. “Nosotros prácticamente no le veíamos a mi papá en esa época, porque llegaba después de las 23:00, pero cuando estábamos con muchos deberes, con mi hermana, Yurina, le esperábamos y conversábamos. Aunque venía cansado de la jornada laboral, siempre nos prestaba atención”.    

José Luis cuenta que la primera vez que su papá le dijo que le ayude en los temas periodísticos fue en 1973, cuando tenía 14 años. Eran las vacaciones escolares de ese año y en Quito había los Juegos Deportivos Nacionales, que era una especie de Olimpiadas Nacionales, con la participación de delegaciones de todas las provincias, en varias disciplinas. Se hacía una competencia, cada cuatro años, como había tal cantidad de actividades y faltaba personal, Jorge le preguntó a su hijo ¿Quieres hacer esto? Con todo gusto, le contestó Jorge Luis, quien invitó a varios de sus amigos para que le colaboren, porque los equipos de filmación eran pesados. Ya había video. “La grabadora era una cosa gigantesca y la fuente de energía era una batería, como la de un carro, con la que funcionaba la cámara y la grabadora, que eran dos aparatos separados, en ese entonces”.  

“Yo empecé por ahí y el bichito me picó en ese momento”. A esa edad empezó a saborear la profesión. En ese momento le insistió a su papá que “cada vez que necesites apoyo y yo pueda me avisas, estoy listo”. En ese proceso Jorge Luis fue subiendo en la cadena de producción pues ya cargaba la cámara, luego cogía la cámara para filmar y antes de terminar el colegio hacía las entrevistas, la edición, la producción y a ratos la dirección”. Esto último cuando su padre estaba encargado de otras actividades. Ahí entró su interés por la comunicación audiovisual. Hizo también radio, pero su camino fue la imagen.

La presentadora para el noticiero

Jorge les contaba a sus hijos que cuando estaba en el canal buscaba una presentadora, no como una cuestión revolucionaria, sino como una idea de apertura. No se quedaba con lo que ya estaba establecido, para seguir repitiendo lo mismo y lo mismo. Buscaba siempre innovar, cambiar, hacer algo más. “Esa era una condición de mi padre, tanto en lo profesional como familiar, en donde nos inculcó muchas de esas cosas. Tenía también en mi madre, Lupe Lasso, una compañera que le ayudó muchísimo en este caminar”.

Propuso a los directivos de la empresa televisiva que se incluya una presentadora de noticias para hacer un dúplex, pero no le aceptaron. Hasta cuando ya decidió salir del canal en 1975.  Para él fue una frustración no haber cumplir ese objetivo.

El noticiero tenía gran aceptación en los telespectadores. Jorge Zaldumbide Cáceres profesionalmente era muy creativo. Lo que emprendía lo llevaba adelante, con mucha calidad. Por eso tuvo reconocimientos posteriores de la Unión Nacional de Periodistas (UNP) en 1971 y el Colegio de Periodistas (CPP).

PROZA

 

Jorge era una persona que buscaba cosas nuevas y quería ser independiente, es decir hacer sus propios proyectos y recorrer su propio camino.  En 1975 decidió separarse de los medios y emprender con su propia productora. La creó, con su hijo Jorge Luis, quien unos años después de graduarse en la Universidad Central, recibió un llamado para integrar la planta docente de la Facultad de Comunicación Social, donde estuvo desde el año 2000 hasta el 2015

Cuando terminó el colegio Jorge Luis, su padre instaló su productora, que al inicio funcionó en el edificio de la Unión Nacional de Periodistas, en la calle Iñaquito, al norte de la capital.  “Trabajaba él y daba la oportunidad a colegas y personas que estaban interesadas en el mundo de la comunicación y de la producción independiente”.

Productora Zaldumbide (PROZA) realizó más de 300 piezas audiovisuales: documentales institucionales, anuncios publicitarios, cortos cinematográficos, programas de televisión para varias cadenas nacionales. Fue de las primeras productoras audiovisuales que hubo en Quito en esa época.

Cuando ya había la portabilidad de las cámaras y la facilidad del video, hacían programas deportivos en el sitio mismo de la competencia, porque hasta esa fecha se grababa y se emitían los reportes en el set, es decir los presentadores contaban lo que había pasado. “La idea de mi padre era ir con las cámaras a los sitios de las actividades deportivas e informar sobre otras disciplinas, no solo de fútbol”. Incluía levantamiento de pesas, judo, tenis de mesa, tenis, billar y gimnasia. En esa época se integró a comunicadoras para que hagan las entrevistas y le den una visión distinta.  Los programas se emitieron en Telenacional hoy Gamavisión; Teleamazonas y Telecentro hoy TC Televisión.

Jorge Luis cuenta que su padre, antes de fallecer, tuvo muchas cosas hermosas con su familia. “Nos hacía discos que trabajaba con sus propios recuerdos. Mi padre nunca dejó de hacer algo”. La realización independiente la concluyó cuando falleció el 3 de abril de 2017

“Mi padre tenía una voz privilegiada y le permitió ascender, poco a poco, en el limitado espacio comunicacional que había en la ciudad, que hasta ahora es un mercado pequeño”.

El video para el grado de Jorge Luis

Para la graduación en la Universidad de su hijo Jorge Luis, Jorge Zaldumbide Cáceres, hizo una adaptación para video, uno de Julio Cortázar y otro de Jorge Luis Borges. En lo que entonces se llamaba Escuela de Ciencias de la Información, que estaba adscrita al rectorado, no se había hecho un corto así.

“Fue un trabajo muy bien hecho. Para las condiciones técnicas que teníamos, estaba muy bien y lo interesante es que mi padre, con su experiencia en la actuación participó en este video. Con sus consejos y anotaciones de cómo estábamos realizando la producción nos apoyó completamente”, relata.

  

El video se hizo con los equipos de la productora y trabajaron también dos compañeros de Jorge Luis:  Polo Freire y Jaime Barahona. El protagonista era Jorge Zaldumbide Cáceres.

El equipo de la BBC y Omar Sharif

 

Jorge Luis, como una anécdota, cuenta que una vez vino un equipo de la BBC de Londres, que contrató a la productora para buscar locaciones y hacer una película en Quito. Los ingleses que tienen una tradición cinematográfica enorme le decían a Jorge “si hubieras nacido allá tendrías el éxito de Omar Sharif, porque tienes mejor pinta que el protagonista de Dr. Zhivago. A Jorge le gustaba que le comparen con el actor egipcio.

“Somos polvo de estrellas”

En familia, Jorge Zaldumbide decía “somos polvo de estrellas”. “Era una forma de ver la vida. La frase tiene dos puntas de algo como una mota de polvo y algo tan grande y brillante como una estrella, destaca Jorge Luis.

Su familia fue fundamental en su trayectoria profesional. Siempre tuvo el apoyo de su esposa, Lupe Lasso, y de sus hijos: Jorge Luis y Yurina. Sus nietos y bisnietos lo recuerdan con admiración por el trabajo impecable que realizó en beneficio de la comunicación del país, pues impulsó una nueva forma de hacer radio.

El legado que dejó es la autenticidad en cada acto de su vida. Siempre fue él, sin caretas. “Mantuvo sus convicciones, sus ideas, su discurso, su forma de ser siempre, respetando al resto y haciéndose respetar también”.

Su hijo señala que su padre “vivió como quería vivir, viajó, conoció muchos sitios y estudio afuera también”. Se fue tranquilo y en paz con el cariño de su familia y de las personas que sin ser de la familia le apreciaban…

Si desea ver el video:

Si desea ver la entrevista:

Si desea leer la nota: https://bit.ly/3yPTkwa

Iliana Cervantes Lima

Voces de la Radio

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