Foto: Izquierda, Ligia Wilches Tacuri cuando compró Radio Marañón a mediados de la década de los 60. Derecha superior, en 1970 en una rueda de prensa del Dr. José María Velasco Ibarra, en el Palacio de Gobierno. Derecha inferior, en una reunión de trabajo.

 

Marañón “La radio que se da la mano con el pueblo”. Ese es la frase de esta estación, que se caracteriza por tener un contacto directo con los ciudadanos, a través de las llamadas telefónicas. La participación de los oyentes es fundamental “porque dan vida a la radio”. Eso hace que el público tenga una relación de familiaridad con la emisora, manifiesta Ligia Wilches Tacuri, su propietaria, quien nació en Gualaceo, provincia del Azuay, en 1945.

Cuando llegó a Quito, a inicios de 1960, participó en un concurso de aficionados en Radio Nacional Espejo y ganó. Estuvo en esta estación por poco tiempo, porque se compró, en 1966, una emisora que antes se llamaba “Novedades” y su propietario era Alberto Plasencia. Estaba ubicada en la calle Chile, frente al edificio donde también estaban Radio Quito y diario El Comercio.

Le puso Marañón “en homenaje al río Amazonas que nos pertenecía a los ecuatorianos”. Desde esa época ese nombre ha triunfado, insiste, porque su programación ha sido escuchada en la capital y otros sectores del Ecuador, ya que las radios AM llegan hasta los sitios más lejanos. Radio Marañón está en 1220 en Amplitud Modulada.

En las ruedas de prensa que se realizaba con los presidentes de la época entre ellos el Dr. José María Velasco Ibarra, así como en las reuniones de los dueños de las emisoras, era la única mujer que participaba. Eso se evidencia en las fotografías de esos años. En esos retratos se observa a los propietarios de varios medios entre ellos: Eduardo Cevallos Castañeda, de Emisoras Gran Colombia; Daniel Álvarez Tenorio, Radio Iris; El capitán Dávila, del canal 6; Gonzalo Maldonado Quijano, de Atahualpa, entre otros.

Radio Marañón, desde sus inicios, estuvo en el Centro Histórico de “La Carita de Dios”. “Siempre hemos estado en el corazón de nuestro lindo Quito. La gente nos ubica fácilmente, por ello no nos hemos apartado de este espacio de la ciudad”. De la calle Chile se pasaron cerca de la Plaza de Santo Domingo, en las calles Rocafuerte y Guayaquil, donde hace unos años funcionaba Almacenes Ricky.  Luego se trasladaron a una casona de arquitectura republicana de la bulliciosa calle Bolívar, a dos cuadras de la Plaza de la Independencia y a una de la Plaza de San Francisco, en el corazón de Quito colonial.

No obstante, las circunstancias de facilidad de movilización y seguridad les obligaron a cambiarse al centro norte de Quito, por el sector de la avenida Mariana de Jesús. “El Centro es hermoso, pero no hay estacionamientos en las casas o están lejos de las viviendas. Ahora se siente un poco de inseguridad, por eso nos vamos a otro sitio”, indica.

Las Voces

Por esta estación pasaron en sus inicios varias personalidades de la radiodifusión ecuatoriana, como Agustín Guevara Morillo, quien fue narrador deportivo de Teleamazonas y directivo de Ifesa, de Guayaquil; Jorge Suárez Ibarra, la voz de Televisora Nacional-canal 8 Quito y radio Musical; Jorge “El Chino” Carrera, quien fue director de Ecuashyri 104.9, y Víctor Mr. Santana, que labora en Radio La Otra y dirige su programa en redes sociales los viernes “Rockola sin problema”. Edison Vargas Acosta grabó algunos avances para la estación.

Ligia asegura sentirse orgullosa porque ha servido al pueblo y dado oportunidad a muchas personas que han dejado huella en la locución y radiodifusión. Muchos de ellos ya están culminando su labor en otros medios, pero se iniciaron en Radio Marañón. Hicieron sus pininos en la emisora y tuvieron éxito después. “Ese es el destino de los seres humanos. Empezar en un sitio e ir escalando y escalando hasta lograr sus sueños”.

Jorge Suárez Ibarra se inició en esta estación en 1967, cuando Jorge “El Chino” Carrera, era parte de la emisora. Con Agustín Guevara Morillo pidieron una oportunidad laboral en la estación capitalina. La emisora en ese tiempo estaba ubicada en la calle Chile, frente al edificio del diario El Comercio. Este medio se caracterizaba por hacer concursos, Jorge Suárez Ibarra participaba en estos programas, más que en la locución. Hasta que un día, la principal del medio, le dijo “usted tiene que venir a locutar” e inició presentando un programa de música ecuatoriana.

Víctor Santana también se inició en 1996, en Radio Marañón 1220, donde laboró cinco años. Describe a la dueña de la estación, Ligia Wilches, como una mujer de palabra, fuerte de carácter, pero muy cumplida en el pago de sueldos. En Radio Marañón laboró de lunes a viernes. Y sábados y domingos en Sideral, 1330 AM.

Los primeros años

Los primeros años fueron arduos, pero “ganarse el cariño de la gente fue fácil, porque siempre estuve cerca de los oyentes”. Enfatiza que la clave del éxito de la emisora fue la importancia que le dio a la música nacional, a los intérpretes, autores, compositores, arreglistas, músicos… Desde 1966 hasta 1990 hubo un espacio para complacer a las almas enamoradas de los pasillos. Se llamaba “Alma y sentimiento ecuatoriano”.

Otro segmento que se transmitía al medio día era el “Maletín de las noticias”. Este espacio continúa en Radio Marañón de Santo Domingo, 92.5 FM, que es otra estación que tiene Ligia. Inicia con las características marchas o música de tipo marcial. Uno de los programas más populares es el del mediodía que emite crónica roja.

Los mensajes musicales a los conscriptos fue el whats app de hace cuatro décadas

La radiodifusora destaca que el éxito de la radio se debió a que se transmitían los mensajes musicales y dedicatorias con canciones para las personas que vivían en el campo o de la misma ciudad de Quito. Eso era muy común en las décadas de los, 60, 70 e inicios de los 80. “Un saludo especial a la señorita… en Guápulo. Su esposo…. Le dedica el tema “Acuérdate de mí”, interpretado por el Trío Los Brillantes conformado por Olga Gutiérrez, Héctor Jaramillo y Víctor Galarza…

 

A los jóvenes que tenían entre 18 a 20 años y que retornaban a sus casas, tras cumplir el servicio militar obligatorio, sus familiares les enviaban mensajes musicales. La canción “Del soldado ecuatoriano” era la más solicitada por los padres, amigas o novias. Los ex conscriptos siempre estaban atentos escuchando la radio hasta esperar su mensaje. En esa época la radio “era como el WhatsApp de ahora. A través de las emisoras se comunicaban y el espacio físico no era un obstáculo, porque las emisoras de AM llegaban a todos lados”.

Radio Marañón se caracterizó por dar la oportunidad a la audiencia para que salude por el cumpleaños, el día del Santo, que antes era muy celebrado: “Santa Rosa y San Ramón era nombrado”, o simplemente avisarles que llegarán a cierta hora a un poblado y que le esperen en tal parte. Eran radio servicios, donde los comunicados se difundían todos los días.

La Escalera del triunfo

La estación organizaba festividades y los oyentes, a través de la radio, enviaban todo tipo de saludos a su familia, a sus amigos, a los profesores… A mediados de los 60 se organizaban inclusive gincanas. Los participantes iban con la radio a todo volumen. El programa de concursos se llamaba “La Escalera del Triunfo”. En el escenario se presentaban en vivo cantantes, contadores de cachos, imitadores… Este espacio duró hasta fines de los 70.

Los pasillos fueron los primeros en despertar la atención de los oyentes porque era música sentimental y tiene letras que son poemas. En esa época era muy importante la participación de la gente, porque eso daba vida y los oyentes podían estar cerca escuchando la música en sus hogares o trabajo.

Cuando los hechos hablan cumple 45 años al aire

Ligia siempre tuvo la ilusión de tener un medio de comunicación donde la gente pueda dar su opinión de forma libre. Esa es la característica de Radio Marañón, pues abre los micrófonos para que la gente hable y dé a conocer lo que siente en los diferentes aspectos del quehacer nacional, puede ser en lo político, social o económico.

“Cuando los hechos hablan” es uno de los espacios más antiguos que tiene la emisora por más de 45 años y se transmite a las 07:00 a 08:00. Ligia resalta que en todos los programas de Radio Marañón hubo llamadas telefónicas. “Eso hacía que los oyentes se encariñen con la gente que trabajaba en la radio y se inicie una familiaridad”.

Destaca que le gusta la política, por eso ha participado como candidata en algunas elecciones seccionales. Siempre le ha gustado conversar con la gente y se ha interesado por conocer lo que pasa en el Ecuador. Este cariño que sentía por la gente hizo que se diga que la única forma de saber lo que desea la gente, es a través de un medio de comunicación.

Esa fue su idea cuando recién llegó a Quito desde tierras azuayas. “Lo primero que pensé fue en un medio de comunicación, para saber qué es lo que la gente piensa y quiere. La idea era ayudar, por eso fuimos los pioneros en el espacio de clasificados que al inicio fueron gratis, pero luego ya ponían empresas solicitando empleados ahí se les cobraba. En el 2006 fue candidata a concejal de Santo Domingo por el Movimiento Pueblo Libre.

Cuando los hechos hablan es un espacio que todavía lo tiene en las radios Marañón de Quito y Santo Domingo. Es un segmento donde el pueblo acude y opina sobre lo que ocurre en el país. “Sigo en la misma línea de mis inicios: abro los micrófonos, para que la gente, a través del teléfono, diga lo que siente y quiere para el país”.

Jaime Oswaldo Guevara

Ligia recuerda con mucho afecto al locutor Jaime Oswaldo Guevara, quien trabajó en Radio Nacional Espejo, Gran Colombia y en el Consejo Provincial de Pichincha, cuando Walvin Vargas Acosta era el director de la Radio Ñucanchi. Asegura que al locutor le gustaba mucho la radio y aportó en la producción de la estación. Oswaldo conducía con Sandra Yépez, hija de Ligia, el noticiero de 06:00 a 07:00, en las décadas de los 80 e inicios de los 90.

Este locutor, en Radio Nacional Espejo condujo el programa “Rodando, Rodando”, con Carlos Federico Benavides. Este programa se transmitía a la media noche, acompañaba a los oyentes con música, consejos de tránsito y seguridad. De ese modo los conductores de las cooperativas de transporte que manejaban en la madrugada estén acompañados e informados.

Mientras que en Emisoras Gran Colombia era el locutor comercial del equipo deportivo de la estación, que estaba integrado por Petronio Salazar, Manuel Pavón del Pozo, Edgar Villarruel Cavides, entre otros.  Oswaldo Guevara era un gran libretista, grababa comerciales, hacia locución comercial. En Gran Colombia era de planta hacia noticias. Fue amigo de Byron Males, Raúl Jarrín y Manuel Pavón del Pozo.

Ni un incendio acalló a Radio Marañon

En el año 2010, Radio Marañón sufrió un incendio, a causa de un cortocircuito que se registró en la edificación ubicada en la Calle Bolívar y García Moreno.  En ese evento se quemaron los discos y se perdieron los equipos. “La situación no fue fácil, la suerte es que era nuestra propia casa, pero se logró salir adelante y estamos todavía al aire”, destaca Ligia Wilches Tacuri.

Actualmente se realiza simultáneamente el noticiero entre las radios Marañón de Quito y Santo Domingo. También hay espacios musicales, entrevistas, programas educativos y de entretenimiento. Cada hora se emite un cacho. Se llama “La hora de la risa”.

Sus dos hijos, Sandra Yépez y Pablo Garcés han sido fundamentales en su vida y en la radio. Sandra colabora directamente en la estación y lleva la misma línea de su madre. Ligia dice que hay radio Marañón para rato, aunque hubo momentos adversos, pero el trabajo desarrollado es de corazón, “no por el afán de llenar los bolsillos, sino por servir al pueblo”. Lleva a Quito en el corazón porque le quiere como si hubiera nacido en “La Carita de Dios”.

Económicamente una radio no da para vivir bien, por ello compró una propiedad para poder financiarse. Siembra palma africana y tiene ganado. Le ayudó el haber conocido las actividades del campo, porque sus padres tenían haciendas en la provincia del Azuay.

Para Ligia la radio es todo en su vida, porque se dedicó por completo a ella. “La radio no me ha hecho millonaria, pero me ha dado una forma de servir al pueblo. Me siento muy satisfecha de haberlo hecho porque ese ha sido mi único anhelo: servir al pueblo y dar la oportunidad para que la gente se exprese”.

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Iliana Cervantes Lima

Voces de la Radio

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