René Torres, el señor de la Radio

Foto: Izquierda, René Torres en 1970 en un taller en Colombia que le envío Ciespal. Derecha superior: En 1958 con la Miss Universo, la colombiana Luz Elena Zuloaga, Eduardo Brito, Guillermo Jácome Jiménez, Édgar Terán, Gustavo Herdoíza, entre otros. Derecha inferior una caricatura de la familia Torres Zaldumbide. Superior (nietos): Carlos, Belén, José Luis, María Isabel, Sergio y Valeria. Inferior: (padres e hijos): Janeth, Delcy, Elvia (mamá), René (papá), María Luisa y René Jr. Falta la bisnieta Sarita.

Nació el 1 de junio de 1931, en Yaruquí, una de las 33 parroquias rurales del Distrito Metropolitano de Quito. Estudió en la Escuela El Cebollar de El Tejar. Un tío suyo, Ramón Torres, era párroco de San Roque, en el centro de la capital, y René siempre estuvo bajo la tutela del sacerdote. En su niñez admiraba a los locutores y cantantes de la época y siempre decía: “ojalá algún día pueda estar en ese sitio”. Y lo cumplió, pero fue más allá, llegó a la televisión. Comenta que un médico le dijo que iba a perder la voz. Le contó a su gran amigo Luis Alberto “Potolo” Valencia, quien le sugiere que consuma siempre miel de abeja y así lo hizo. Cumplidos los 90 años mantiene su voz intacta.

Su voz se escuchó en las radios Luz de América, Casa de la Cultura, Cordillera, Nacional del Ecuador, la Voz de América, Quito y Católica del Ecuador. Participó como invitado en HCJB, Bolívar y Democracia. Fue el compañero infaltable de Toqui en Televisora Nacional. En TC Televisión inició el proyecto DespiérTC. Trabajo en las agencias de publicidad de Pascal Michelet y Marcel Rivas, porque su voz era muy cotizada y brillaba en los comerciales.

Hizo varios cursos en la Voz de América (VOA).  Estuvo en la Radio Casa de la Cultura Ecuatoriana, donde hizo locución y radioteatro. René Torres asegura que la mejor música nacional instrumentalizada la tiene HCJB. A inicios de los 60 fue técnico de sonido de la Fábrica de Discos S.A. (Fadisa).

El apego de René Torres a la radiodifusión se dio desde el Colegio Mejía, donde estudiaba. Con un compañero de aula, Alfonso Cortez, que tenía el mismo sueño de trabajar en radio, comenzaron en una emisora del barrio de San Marcos que se llamaba Luz de América. Era 1947 e inició como control de sonidos. Trabajaba gratis “porque antes era así”, pero en 1948 le pagaron su primera quincena. La oportunidad en la locución se dio en 1952 cuando estudiaba Ingeniería Eléctrica, en la Escuela Politécnica Nacional. Un día no había quien lea las noticias y los avances. Los dueños le dijeron que locute y salga al aire. Lo hizo y les gustó.

A finales de 1952, René Torres conoció al dueño del Sello Nacional, Ing. Gustavo Möller, quiteño de padres alemanes, quien era el pionero en la elaboración de discos en el Ecuador y le invitó a que conozca el proceso. René siempre recuerda en sus conversaciones al Ingeniero y destaca la calidad humana.

Luego siguió un curso en Producciones Panorama y HCJB donde conoció a uno de sus referentes: Gonzalo Portugal, quien en 1954 lo invitó a ser parte de la productora en la que participó directamente en la edición de noticieros, radioteatro… Ahí conoció a Edison Terán, Francisco Darquea, Lucho Beltrán, Alfredo Jarrín Maldonado, Guillermo Jácome Jiménez y Walter Franco.  René destaca que “todos los oyentes creían que eran programas del extranjero, pero lo hacíamos nosotros en Ecuador”. Eran tan bien producidos porque se hacía un trabajo minucioso, destaca.

Radio Cordillera

El quehacer diario de René Torres hizo que vaya escalando niveles y logra que los dueños de los medios de comunicación de la época se interesen en sus servicios profesionales. Siempre se destacó por su voz. En 1955 le contactó nuevamente Gonzalo Portugal y con Edison Terán fundaron Radio Cordillera. Los propietarios eran los dueños de la Botica Pichincha, hoy Fybeca, los señores Villamar, específicamente Gonzalo.

A inicios de los 60 se encaminó por la música nacional, por el conocimiento y la difusión de los artistas nacionales de la época, con quienes forjó una amistad: Homero Hidrobo, Olga Gutiérrez, Héctor Jaramillo, del trío Los Brillantes. Luego se les unió Eduardo Erazo, que grabaron discos para los sellos Orión y Ónix. Según el Museo del Pasillo “uno de sus éxitos fue el vals Chica Linda, de Marco Chiriboga Villaquirán y Eduardo Erazo”.

En 1960 las mejores voces se unieron en Radio Nacional

En 1960, René fue el iniciador de Radio Nacional del Ecuador, junto con Gonzalo Maldonado, Gonzalo Portugal, y su gran amigo, Álvaro San Félix. Jaime Moya era el sonidista. En esta estación lograron unir a los mejores profesionales de la comunicación; no solo se difundía información gubernamental, sino se priorizaba las noticias, la música y los radioteatros históricos. Cuenta que en esta estación todos fueron a hacer el cableado, a revisar las máquinas. “Antes usted no solo debía saber locutar, sino conocer el manejo de las mega máquinas grabadoras de cinta e incluso saber cómo repararlas. Fue un trabajo de cero y adelante”. Lo del radioteatro nace por una inquietud de Gonzalo Portugal, quien trabajaba en la Agencia de Noticias USIS de la embajada americana en Quito. Gonzalo era un emprendedor de la época, además tenía un manejo del idioma impresionante, acota.

A este grupo de soñadores, años más tarde se unió Jorge Zaldumbide, cuñado de René, hermano de su esposa Elvia; y Edison Terán. Se convirtió en otra aventura para cumplir con esas voces maravillosas. La creatividad era fundamental, porque había que hacer los sonidos de la lluvia, del fuego, del viento, el galope de los caballos… Ellos hacían todo. “Eran tan buenos, porque no dependían de alguien externo, sino que ellos solucionaban, para que el capítulo salga completo: libreto musicalización, efectos y personajes”, dice su hija Janeth, quien asegura que era de mucho aprendizaje escuchar una reunión de su padre con Gonzalo Portugal para planificar un programa o una radionovela.

Tenían el libreto y empezaba la obra. Con el micrófono en mano y con el conocimiento del personaje. Podían leer el diálogo con soltura y seguridad de quienes elaboraron desde cero hasta la producción. “Bastaba un guiño de ojo de uno a otro y ya sabían si había que hacer énfasis en una frase u omitir una palabra o quizá a alguien se le ocurrió improvisar o incluir alguna idea. Era tal la complementación que existía entre ellos que impresionaba la química que existía”, destaca.

Carlos Mantilla Ortega y La Voz de la Capital

En Radio Quito, René fue voz comercial en los programas deportivos de Blasco Moscoso Cuesta y Alfonso Lasso Bermeo “Pancho Moreno”. Con Edison Vargas Acosta, ya fallecido, tuvieron un programa que se llamaba “Carta a los ecuatorianos ausentes”. Esa estación tenía sus estudios en la calle Chile, entre Cuenca y Benalcázar, en el centro de Quito, donde tenían unos equipos inmensos.

En la década de los 60, la bohemia marcaba la vida de Quito. Los artistas y personas de los medios eran amigos. No había esa distancia que puede haber hoy. René se llevaba con el dúo Benítez y Valencia y les presentaba cuando se iban a dar los serenos. Había una conexión muy propia de esos tiempos: el tamaño de la ciudad, las condiciones culturales y las cuestiones costumbristas que le daba a la Capital en ese entonces.

En la “Voz de la Capital” hubo gente que dejó huella como Jaime Moya, quien estaba en los controles y era el hombre orquesta, cuenta Janeth. Sabía toda la parte técnica y no se le olvidaba nada. En Radio Quito, René condujo programas de música nacional, hacía noticieros, era voz comercial, pero también hacía soporte técnico. “Todos eran multifunción porque querían que emisora salga adelante y no solo para que sea número uno, sino que los programas sean de calidad. Un locutor en aquella época no solamente era una voz espectacular, sino una persona que transmitía con su palabra el uso adecuado del idioma”, insiste Janeth.

Para René Torres, Radio Quito fue su universidad. En las diversas emisoras fue escalando y conoció a insignes locutores. Todos son sus amigos. Recuerda con mucho cariño al señor Carlos Mantilla Ortega, quien lo llevó a Radio Quito y luego a canal 8. “La calidad humana del del dueño de diario El Comercio hacía que el equipo sea una familia”. Era un líder porque tenía la capacidad para hacer que cada persona se sienta fundamental en la empresa y pudiera dar lo mejor de sí.

Cuenta que en la radio siempre había iniciativas de programas procurando llegar a los oyentes. Si era un programa agrícola, se debía analizar que los agricultores madrugan a las 04:00 y prenden la radio a escuchar la música nacional, pero también sugerencias de la actividad que realizan y así en muchos temas. “Los conductores de los espacios muchas veces se convertían en expertos y todo esto bajo la tutela y el impulso de Carlos Mantilla Ortega”.

Su hija Janeth considera que el grupo de radiodifusores de esas décadas tenían como misión servir a la comunidad, el aporte a la sociedad fue fundamental con valores y con cultura por eso muchos de esos personajes: hombres y mujeres, trascendieron. “Podemos hablar de América Chiriboga, Hilda Sampedro, Marjorie Morales, Erika Von Lippke, Edison Vargas, Fernando Fegan, Jorge Zaldumbide, entre otros”.

René recuerda que antes los locutores, actores, sonidistas y comunicadores eran muy unidos. No primaba, si era de Cordillera, Nacional, Quito, América La Pasillera o Nacional Espejo, sino “el espíritu de equipo”, porque la idea no era trabajar desarticuladamente en un esquema competitivo, sino que el vínculo de amistad entre los profesionales los llevaba a realizar una planificación de gremio, para dar a la comunidad lo mejor de sí, de manera positiva, para convertirse en parte de los oyentes: ese era el objetivo de todos.

Janeth cuenta que en su casa tuvieron el privilegio y la oportunidad de conocer y escuchar a voces espectaculares como el Dr. Eduardo Brito Mieles, Gonzalo Portugal, su tío Jorge Zaldumbide, entre otros. “Vivimos inmersos en la cultura, no impuesta, sino traída como algo natural a la casa, donde la música mandaba con el gusto exquisito de mi padre y de mi madre. Nosotros nos despertábamos y dormíamos con música. El escucharle a papá leer con esa voz, esa modulación y dicción era espectacular. Mi papá es una enciclopedia y lo expresa fluidamente. fue un hogar donde primó la cultura y sobre todo el amor”.

Carta al Ecuatoriano Ausente

Uno de los programas bandera de Radio Quito fue “Carta al Ecuatoriano Ausente”, en donde se hacían verdaderas tertulias. Paco Godoy fue invitado a este programa, conducido por René Torres. Había público y les preguntaban a los asistentes por qué iban al estudio, si el espacio lo podían escuchar por la radio. Respondían que “no hay nada más maravilloso que ver la expresión y la emoción con la que habla don René Torres. No era solo gente mayor, había jóvenes universitarios que iban a conocer a don René Torres y se apasionaban de escucharlo”, destaca.

El cantautor riobambeño recuerda, con cariño, la última anécdota con René Torres que en 1995 tuvo la gentileza de presentar al público un CD suyo como compositor, mas no como intérprete. Era de la Banda Municipal de Quito. “René Torres estaba emocionadísimo y describía cada uno de los temas, porque yo ponía temas alusivos a los disfraces de Ecuador.  Fue un programa muy lindo”.

Huberto Santacruz y Televisora Nacional

La familia Mantilla impulsó la creación de un canal de televisión que en ese tiempo se denominaba Televisora Nacional y traslada a sus mejores talentos de la radio Quito a este medio. Entre ellos René, “que en esos tiempos no debe haber sabido nada, pero con una capacidad y decisión de aprender. Fue locutor, la voz del canal, hacía los comerciales, las presentaciones, etc.”, manifiesta Janeth. La empresa les otorgó capacitación de Televisa México, para que se preparen profesionalmente. René que es técnico en sonido, aprendió el manejo de cámaras, escenografía, utilería… Además, fue presidente de la Cooperativa de Empleados y Trabajadores de El Comercio.

Cuando estaba en Televisora Nacional canal 8, Janeth, tenía 13 años y le acompañó a su padre. Observó que en una sala había un piano y de una esquina sale un señor. Se sienta al piano y empieza a entonar ese hermoso pasillo que se llama tú y yo. “Me quedé eclipsada. Estaba calentando motores el señor Huberto Santacruz. Yo estaba escondida para que él no se dé cuenta de mi presencia y me dice: salga, Le voy a dar un show para que nunca se olvide”. Usted quien es, le pregunta. Soy Janeth Torres, le responde. “Ahh, usted es hija del gordito, porque a mi papá le decían El Gordo Torres”.

Tocó pasillos, albazos, tonadas. “A esa edad no tenía idea de quien era ni tampoco lo valoraba en el momento. Cuando ya se dio el programa. Nosotros estábamos entre el público. Papá lo presenta y dice con ustedes… Huberto Santacruz… Fui a investigar quien era y valoré los kilates de la persona que me brindó ese maravilloso regalo”. Lo recuerda con mucha admiración.

El amigo Toqui

“Ninguna etapa de mi vida me ha dado tanta afectividad de la gente como el programa Toqui. Tenía que hacer el papel de un hombre de pueblo inculto, ingenuo, para enfrentarme a mi muñeco que representaba a un niño moderno”. Indicaba René Torres en una entrevista brindada a Fernando Villarroel, de Ultimas Noticias, en noviembre de 1973. Siempre extrañó a Toqui, porque aseguraba que era parte de su vida, “pese a que era un muñeco inanimado”.

Este muñequito representaba mucho para René, porque con él se ganó el cariño del público, especialmente de los niños, quienes se acercaban con cariño a preguntarle sobre Toqui. En una entrevista brindada al medio capitalino aseguraba que era tal el grado de aceptación de Toqui que muchos niños cuando iba al estadio le convidaban el helado o le brindaban caramelos.

Toqui fue creado por la cubana Ana María Salas. “Es el nombre invertido de Quito”. Iniciaba con esta canción: Si es que ya soy tu amigo. Por siempre lo seré. Todas mis ilusiones a ti te las diré… Y nunca más estarás solo, siempre alguien tu tendrás. En tus problemas y en tus sueños, todo compartirás…” René siempre guardó mucho cariño a la época que compartió con Toqui. Janeth, su hija, cuenta que el público objetivo del programa era de todas las edades, por eso se topaba temas de política.

En el libreto emitido el 28 de diciembre de 1971 decidieron hacer una a broma y dijeron que “el Dr. José María Velasco Ibarra, Presidente de la República en ese momento, disolvía el Congreso Nacional, se declaraba dictador para salvar al país y por demás, el dinero del petróleo, en boom en esos meses, no se le iba a entregar a las empresas y militares sino a los pobres para construir escuelas y hospitales”.

Ana María Salas en una entrevista que dio al periódico digital Cienfuegos en septiembre de 2019 indica que “justo cuando Toqui cantaba de alegría por esa noticia”, René Torres decía que era una inocentada. “Creo que nadie escuchó esta última parte y se revolvió Ecuador. Estuve presa unos días, porque se dieron cuenta que era una inocentada, pero el programa ya no volvió a salir… Eso significaba que en aquella época Toqui tenía una alta sintonía”. Ana María Salas se casó con un médico ecuatoriano, Manuel Agustín Aguirre, hijo de Manuel Agustín Aguirre, fundador del Partido Socialista Ecuatoriano. En Cuba, en Cienfuegos, hay la casona de Toqui. En la Isla es muy querido el muñeco.

El nuevo rumbo de Radio Católica

René Torres llegó a Radio Católica en 1985, cuando era director Monseñor José Vicente Eguiguren, quien también era Secretario de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana. Luego estuvo en la dirección Monseñor Antonio Arregui. René ingresó como Director de Programación, la radio era financiada por Fundación Juan Pablo II.

René Torres hizo cambios en la programación, haciéndola más abierta y generando programas de entretenimiento, culturales, musicales y noticias, indica Carlos Arizo, quien era reportero de la estación y en esa época estudiante de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador.

En esta emisora, René, se entregó al 100 por ciento porque ya estaba en una madurez total. Además, le gustaba la reportería e hizo realidad este gusto en la emisora. Se iba a La Armenia, a El Quinche, donde había que hacer algo, ahí estaba. “Mi papá era muy apreciado por las autoridades eclesiásticas. Le abrió a la radio, porque antes de esa fecha en las mañanas solo se ponía música sacra, instrumental y el Rosario. En la tarde hacían lo mismo, cuenta Janeth.

En esa época laboraban en Radio Católica Carlos Arizo, María Belén Loor, Mirian Félix, Carmen Elena Moscoso, Enrique Conejo, Marcos Párraga, Miguel Ángel Cuenca, René Mosquera, Pepe Mármol, Silvia jurado, José López… A todos les enseñaba a locutar y a editar. “Nos preparó en todo sentido. Hacer bien hechas las cosas. Eso es comunicación hacer todo. Nosotros éramos sus pupilos. Nos enseñaba el guion americano que era más práctico con imágenes para subir la voz. Se lo hace en una sola columna, se puede subrayar y poner en letras mayúsculas. Alguna vez tuvo la idea de hacerle a Radio Católica un canal de televisión, pero todo quedó ahí”, manifiesta Carlos Arizo.

René Mosquera, que trabajó durante 24 años en Radio Católica, indica que René Torres, es un ícono de la radiodifusión ecuatoriana, representa a la época de oro de la radiodifusión. Era una combinación de modulación, dicción, correcta pronunciación, hacer las debidas pausas, la importancia de tener un libreto y un guión, para que haya ilación en la conducción del programa. “Corregía la forma de hablar, porque decía que hay que locutar de acuerdo con la circunstancia o el tipo de programa. En definitiva, René Torres es palabra mayor en la locución ecuatoriana de todos los tiempos”.

René Torres estuvo en Radio Católica hasta 1999. Conducía los programas: Otro Día, radiorevista musical de lunes a viernes. Los sábados El Informativo de la Asociación de Radios Católicas del Ecuador (ARCE). También participaba en un radioteatro “Desde la Plaza Grande”.

Don Fabarita y el dueño de la casa

René Torres decía que el comunicador no solo debe hacer noticias sino editar, conducir programas musicales, culturales e infantiles. También debe hacer radioteatro, indica Carlos Arizo, quien manifiesta que en esa época hicieron una obra que se llamaba “Don Fabarita”, que duraba cinco minutos, donde se daba comentarios políticos y temas de coyuntura. Se representaba a un tendero, Don Fabarita, quien hablaba con sus compradores sobre lo que vivía en el día a día: subida de la leche, el aceite, los pasajes, la gasolina, el sueldo no alcanza…

El elenco estaba formado por Carlos Arizo, como Don Fabarita, el tendero; René Torres, el dueño de casa; Marcos Párraga, como el montubio; Silvia Jurado, era Lupita, la chica linda del barrio que causaba sensación cuando entraba a la tienda. Que hasta el dueño de casa bajaba a conversar con ella.

“El padrecito Arizo”

En 1986, mucha gente visitaba la radio y al director René Torres. En una de esas audiencias, Carlos Arizo pasaba por el lugar y los oyentes que llegaban a la estación le decían hermanito. Un día una señora hasta le besó la mano, por eso, Carlos, se dejó crecer el bigote porque se le veía cara de guagua. Por disposición de René Torres, a Carlos se le delegó para que cubra las noticias desde la Presidencia de la República. Monseñor Antonio Arregui se llevaba bien con la Primera Dama de ese entonces, Eugenia Cordovez de Febres Cordero.  “Fuimos al Palacio de Carondelet Monseñor Arregui y yo. En la emisora nos dieron un terno azul marino oscuro, con camisa blanca y sin corbata. Mientras que Monseñor llevaba un traje negro con estola. La Primera Dama nos saludó muy amable a los dos, pero a mi trató de ‘hermanito’. Que bien monseñor que haya corresponsales de Radio Católica, dijo la esposa del Ex mandatario”.

Eugenia Cordovez, continúa con el relato Carlos Arizo, llamó a Galo Franco, que era el Jefe de Prensa de la Presidencia y le dispuso: “indíquele al hermanito donde debe cubrir la información. Galo “con mucho respeto” le lleva a la Sala de Prensa. Ahí se encontró con José Llangari, Miguel Pérez, Francisco Sánchez, que era de HCJB, competencia de Radio Católica; Ana Lucía Andrade, que trabajaba en El Mercurio de Cuenca, y le quedaba viendo como que creía y no que era “padrecito”. Todos le dieron la bienvenida al “hermanito”, a pesar de que Carlos les decía que no es hermanito. Muchos de ellos ya no hablaban malas palabras, rememora entre rizas.

En TC Televisión inicia el proyecto DespiérTC

Janeth relata que cuando su padre decidió jubilarse de verdad y “todos pensábamos que iba a estar en casa”. De pronto, le pidieron que se incorpore a TC Televisión e inicia el proyecto DespiérTC.

María Belén Loor, directora regional de Noticias de TC Televisión, recuerda que hace unos 20 años, René inició el proyecto DespierTC que hasta ahora está vigente. “Fue el primero con él que abrimos este espacio que fue y sigue siendo exitoso. Su paso fue brillante, un profesional de altura, disciplinado y como persona cálida. Todos lo queremos, todos lo respetamos. Su paso fue brillante”. Lo hizo con Anghela Roncancio y con Carlos Michelena.

“Hablar de René Torres o Don Renecito, como cariñosamente quienes tuvimos la alegría y el honor de conocerlo y haber trabajado con él, es hablar de un referente en muchos aspectos. En lo profesional, una de las mejores voces, más claras. Es un formador de generaciones”. María Belén cuenta que a inicios de los 90 le contrató para Radio Católica y le asignó la cobertura de las noticias desde el entonces Congreso Nacional. “Don René me enseñó a locutar, me dio las grandes bases para medir la voz, saber cuando entonar, el color que debe tener la locución de noticias. Era un gran maestro y como ser humano con un corazón grande”.

El apoyo a la música nacional

El arreglista, compositor y cantante; Paco Godoy, destaca el conocimiento que tiene René Torres en todos los ámbitos. “Desde mis inicios en Quito estuve relacionado con Don René Torres”. Recuerda que, en 1989, en la Plaza de San Francisco, se desarrolló el pregón de Fiestas de Quito en donde el animador que contrató el Municipio fue René Torres, “porque él sabía la trayectoria de los artistas”.

En ese día se presentaron La Rumba Habana, de Cotacachi, que fue fundada en 1949 y tuvo unas palabras fantásticas para esta institución musical de Imbabura, así como para don Enrique Montenegro, parte fundamental del grupo. A Pepe Jaramillo Laurido le presentó como nadie lo hubiera presentado. El Señor del Pasillo estaba emocionado y en esa época ya estaba radicado en la capital, relata Paco Godoy.

También destaca que “tuvo el honor” de tocar su acordeón y fue presentado por René Torres, quien sabía la historia de su familia. “Me sorprendió porque no me imagine que cuando se dirigió al público dijo. Y ahora viene un joven músico, que yo le conocí a su abuelito. Yo fui amigo de don Ángel Serafín Pulgar y de su padre Don Gonzalo Godoy”. Eso le contaba al público quiteño. Estas palabras le emocionaron al artista riobambeño, quien se sintió orgulloso de esa presentación. “Ese fue uno de los inicios lindos de la amistad de siempre con Don René Torres”.

En Radio Quito, Paco le acompañó en muchas ocasiones. Cada 18 de agosto en los aniversarios de la Radio Quito. En Radio Católica tenía un programa mañanero, junto a Blanca Sosa. Paquito fue invitado varias ocasiones: aniversario de la radio, onomásticos, programas especiales, día de la música…  “Don René es muy agradable. Hablar de él es decir un amigo entrañable, un profesional a carta cabal, un periodista carismático y un comunicador que da servicio a la comunidad”.

La pasión por la agricultura

René Torres dice que su abuelita materna, Margarita Guevara, siempre quiso que se dedique a la agricultura y que estudie Agronomía.  Aunque no se preparó académicamente, lo hizo en su actividad periodística en un programa que conducía en las madrugadas en Radio Democracia. Leía muchos libros de cómo se cosecha y se siembra tubérculos, cereales, vegetales… Visitaba las instalaciones del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP), ubicadas en el sector de Cutuglahua, en la entrada sur de Quito. Insiste en que “el agricultor necesita tecnificarse y la radio puede ayudar a que adquiera más conocimientos de los que le ha dado la experiencia”.

Los amigos

Su vida profesional tuvo muchos referentes y amigos, como Gustavo Möller, Carlos Mantilla Ortega y Gonzalo Portugal. Trabajó con Edison Terán, Guillermo Jácome Jiménez, Edison Vargas Acosta, entre otros. Por Gonzalo Portugal siente una admiración y respeto como de un padre, a pesar de que la diferencia de edad no era mucha. “Gonzalo Portugal fue el motor de todo lo que hicieron en radioteatro. Con mi tío Jorge Zaldumbide y Edison Terán hicieron un trío sensacional”, destaca Janeth.

La familia

Janeth cuenta que su mamá, Elvia Zaldumbide, es hermana del conocido locutor Jorge Zaldumbide, quien vivía en la Loma Grande. René tenía su grupo de amigos, entre ellos sus tíos maternos: Jorge y Víctor. La carta de presentación de René para conquistar el corazón de Elvia era ser sobrino de un sacerdote. “Mi abuelita materna era viuda y curuchupa de sepa. Eso le abrió camino, porque era una época en que el noviazgo debía ser aprobado por los padres”. Su tía Charito, hermana de su madre, también aprobaba la relación porque le adoraba a René. Eso facilitó el camino, cuñados, cuñada, suegra a favor del noviazgo. “Mi mamá no tuvo inconvenientes de que florezca esa hermosa relación”.

René y Elvia se casaron hace 64 años en la iglesia de El Belén, cuando Elvia Zaldumbide tenía 18 años y René 26, porque se llevan ocho años de diferencia. Son cuatro hijos: Janeth, Delcy, María Luisa y René jr. Seis nietos: Carlos, Belén, José Luis, María Isabel, Sergio y Valeria, pero ahora llegó Sarita, la bisnieta, que es la estrella de la familia. “Mi papá no habla de Sarita sino de mi Primor”.

“Mi padre se define en una sola palabra: amor. Si ese sentimiento tiene una forma humana, ese es René Torres. Es alguien que utiliza el diálogo como recriminación. Siempre se sentó con nosotros cuando cometíamos un error a conversar, no a reclamar, sino a transmitir su experiencia y a que entendamos porqué estuvo mal. Nosotros nos desarrollamos en un equilibrio espectacular, entre el consentidor amoroso de mi padre y el equilibrio espectacular de mi madre. Dos personas con roles muy marcados que en conjunto dieron un equilibrio espectacular a sus hijos”, señala Janeth.

Recuerda que cuando eran niños y se despertaban, René ya se había ido, pero siempre almorzaban juntos. En la noche tampoco lo veían porque tenía actividades en el canal o en la radio. Había poco tiempo, pero era de calidad. Jamás les faltó en términos de sentimiento. Era el padre que al iniciar clases forraba los cuadernos con sus hijos. Les ayudaba con las caratulas, porque pinta y dibuja hermoso. Les cogía de la mano para hacer la carátula de Idioma Nacional. René Torres era un papá muy presente no en tiempo, pero si en calidad. “Si necesito un hombro es el de papá y si necesito un impulso con fuerza es mi mamá. Mi padre ha sido la parte de ternura total y mi mami ha sido los pies sobre la tierra e ir hacia adelante. Los hijos y los nietos nos sentimos orgullosos de él”. “Mi papá sembró de la mejor manera y cosechó abundantemente. Hasta el día de hoy hay personas que lo recuerdan y solicitan un consejo profesional. No ha sido olvidado, sigue vigente porque sembró y ahora cosecha”, manifiesta Janeth.

Para René Torres, la radio no ha fenecido ni fenecerá nunca, porque lo que este medio ha hecho, a lo largo de su historia, es levantar el espíritu de los ecuatorianos. Eso también lo recordaba en una entrevista sobre Radio El Prado de Riobamba, en el año 2018.

Así es René Torres, quien a sus 90 años recuerda con nitidez cada paso que dio en la comunicación.  La radio y su familia siguen siendo sus banderas y sus razones para vivir.

Iliana Cervantes Lima

Voces de la Radio

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