La historia de la química hoy en día reivindica el nombre de mujeres como Marie Curie, Berta Karlik, Ida Noddack, Marguerite Perey, Rosalind Franklin, entre muchas otras, que desafiaron los sesgos culturales de su tiempo e hicieron la diferencia en el ámbito científico.
En la actualidad, a pesar de que existe mayor conciencia por la necesidad de tener espacios laborales y científicos equitativos y libres de discriminación, aún existen barreras que desincentivan la participación de la mujer en el mercado laboral.
Según el informe de CEPAL, “La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad”, la pandemia generó un impacto negativo en las labores empresariales de las mujeres en América Latina, situando la participación de la mujer en el sector laboral, en un 46 % durante el año 2020, del que solo el 15 % ocupa cargos directivos. No obstante, muchas compañías se inclinan por promover la diversidad y la inclusión como uno de los factores de mayor relevancia en la gestión estratégica.
María Isabel Álvarez, responsable de Químicos Industriales en BASF, recuerda que, en sus primeros años, el campo era dominado por hombres, llegando a ser ella la única mujer en salas de conferencia. Ahora, gracias a la evolución del campo empresarial, confirma que se viene rompiendo paradigmas, y que cada vez son más las mujeres que se unen al equipo de trabajo y se apasionan al conocimiento que ofrece el sector.
“Llegué al mundo de la ciencia por casualidad, mi hoja de vida llegó a las oficinas de BASF hace 21 años, y al día de hoy sigo perteneciendo a esta gran familia. Al principio, fue un gran reto entender la forma en que funcionaba el sector químico, desde las ventas hasta los nombres químicos a los cuales nombré como trabalenguas por su tecnicidad”, explica María Isabel.
El último informe de la ciencia de la UNESCO, evidencia que, menos del 30% de investigadores científicos en el mundo son mujeres y que aún representan solo el 28% de los graduados en ingeniería y el 40% de los graduados en ciencias de la computación e informática. Entendiendo esta brecha existente, Rodríguez argumenta la importancia de contar con roles femeninos en esta industria pues aportan equilibrio, en una época de gran disputa empresarial y económica entre las organizaciones, a través de la administración de recursos y brindando soluciones efectivas a partir de las necesidades que día a día salen a la luz junto con los acelerados cambios que se viven en el mercado.
“Considero que las mujeres pueden aportar en muchos campos, y el campo científico y químico no puede quedarse a un lado frente a este crecimiento. Los temas empresariales y laboratorios ahora están siendo liderados por mujeres y espero que siga siendo esta la tendencia”.
En BASF concretamente respecto a equidad de género, el compromiso ha estado enfocado en crear políticas y programas que permitan empoderar a las mujeres, apoyar el desarrollo de sus carreras profesionales y lograr un crecimiento visible dentro de la organización. Es así como hoy en día, el 35 % de los puestos de liderazgo en Sudamérica de la compañía son ocupados por mujeres. De hecho, en países como Ecuador y Colombia, el 44% de las personas contratadas en el último año fueron mujeres.
Por esta razón, María Isabel, reitera a las niñas y mujeres que quieran ser parte del mundo de la ciencia, “podrán ser lo que quieran proponerse, no existirá alguna barrera que detenga ese gran sueño. Que luchen porque este mundo necesita mucha innovación y este es el factor diferencial de las mujeres, esta perspectiva femenina marca la diferencia”. (I)