En el noveno día del desalojo controlado de sedimentos, que se acumulan en la central hidroeléctrica Manduriacu, se mantienen los niveles de turbiedad bajo la norma y valores recomendados por la Mesa Técnica Interinsitucional, mismos que no ponen en riesgo el funcionamiento de las plantas de tratamiento de agua de Viche y San Mateo, en Esmeraldas.
Conforme los monitoreos permanentes de las brigadas, constituidas por la Mesa Técnica Interinstitucional (MTI), de los resultados del jueves 11 de marzo, los niveles de turbiedad se mantienen en 972 NTU (índice de nivel de turbidez) en el sector de la planta potabilizadora de Viche, cuando el nivel permitido es de hasta 1 000 NTU; mientras que en el sector San Mateo se mantuvo en 580 NTU, cuando el nivel permitido para ese sector es de 800 NTU. Estos niveles garantizan el normal funcionamiento de las plantas de tratamiento de agua, como efectivamente ocurre en la planta de Viche.
La base de niveles permisibles, y que son recomendados por la Mesa Técnica Interinsitucional, se apoyan en las normas ambientales para el cuidado del agua y especies. En ese sentido, los monitoreos se realizan las 24 horas del día.
Las otras tres brigadas de monitoreo, que están constituidas por técnicos del Ministerio del Ambiente y Agua (MAAE) y CELEC EP se encuentran en la descarga de la central hidroeléctrica Manduriacu, Golondrinas y Malimpia (Río Blanco), tampoco han reportado novedades.
Las maniobras de desalojo controlado consisten en la apertura de las compuertas de la presa por un período determinado para la evacuación de los sedimentos, luego se cierran para permitir una recuperación de los niveles habituales del río. De esta forma también se protege la vida acuática en las cuencas del Guayllabamba y Esmeraldas.
Para el funcionamiento de la central hidroeléctrica Manduriacu, de 65 megavatios, se utilizan las aguas del río Guayallamba, cuyos afluentes arrastran gran cantidad de sedimentos desde varias poblaciones de la sierra norte y se acumulan en dicho embalse. (I)
Fuente: CELEC EP