Tanque de oxígeno médico Samuel Ramos/Unsplash
Además, la pulmonía grave deja a unos 4,2 millones de menores de cinco años con niveles de oxígeno demasiado bajos cada año en más de un centenar de países de renta baja y media, revela un nuevo estudio que también advierte que la desviación de los recursos sanitarios a la atención del COVID-19 puede socavar la batalla contra la infección pulmonar que más vidas infantiles se cobra.
Con más de 800.000 muertes anuales de niños menores de cinco años, la pulmonía o neumonía grave es la infección que más vidas infantiles cuesta y que además deja a 4,2 millones de pequeños en el mimo rango de edad desesperados por respirar el oxígeno que necesitan.
Según un informe divulgado este jueves por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la organización Save the Children, la Iniciativa Clinton de Acceso a la Salud y el Instituto de Investigación Infantil Murdoch, esas cifras podrían empeorar en vista de las interrupciones de los servicios de salud debidas a la pandemia de COVID-19 y de la desviación de los recursos sanitarios para atender esa emergencia.
La directora ejecutiva de UNICEF destacó las dificultades que supone para los niños en condiciones precarias mantener una buena salud u obtener cuidados médicos en el marco de la pandemia del coronavirus.
“Mientras el mundo lidia con la pandemia y las graves consecuencias que plantea para los más vulnerables, no debemos perder de vista el hecho de que la neumonía sigue cobrando la vida de más de 2000 jóvenes al día. El oxígeno médico puede ayudar a salvar algunas de estas vidas”, dijo Henrietta Fore.
La pulmonía, una enfermedad causada por bacterias, virus u hongos, obstaculiza la respiración de los niños y, al mismo tiempo, llena sus pulmones de líquido y pus. Los datos indican que la pulmonía grave ataca cada año a más de 22 millones de niños en países de renta baja y media, provocando más muertes que la malaria, el sarampión y la diarrea juntos.
Déficit de oxígeno
La combinación de oxígeno médico y antibióticos puede salvar muchas vidas amenazadas por la neumonía, pero administrar ese tratamiento a un niño durante tres o cuatro días puede costar más de 50 dólares, una cantidad inalcanzable para muchas familias. Además, en los países pobres son escasos los centros de salud que cuentan con oxígeno y trabajadores sanitarios capacitados, señala el informe, publicado con ocasión del Día Mundial contra la Neumonía.
Por otra parte, el estudio subraya el déficit de oxígeno que la pandemia ha hecho evidente en los países pobres.
“Millones de niños que necesitan oxígeno llegan cada año a las instalaciones de salud de los países en desarrollo. En gran parte de África apenas el 20% de ellos recibe el tratamiento que precisa. Muchos mueren de agotamiento porque sus cuerpos carecen del oxígeno que les hace falta para recuperarse”, apuntó el director de Save the Children en el Reino Unido, Kevin Watkins.
Los autores del informe recalcaron la urgencia de que todos los países tengan acceso al suministro de oxígeno médico necesario para salvar las vidas en riesgo tanto por el COVID-19 como por la pulmonía. Afirmaron también que ese oxígeno debe ser gratuito para todos los enfermos y que su disponibilidad debe ser sostenible, no limitada a la emergencia actual.
El estudio dedica un apartado a los hallazgos de la Universidad Johns Hopkins que muestran que la interrupción de la atención a los recién nacidos, del acceso a antibióticos y de la administración de vacunas contra la neumonía dan como resultado una combinación de neumonía y sepsis neonatal que podría estar costando 25.000 vidas de niños cada mes.
Recomendaciones
Los datos de la Organización Mundial de la Salud indican que los países más pobres tienen sólo entre el 5% y el 20% del oxígeno médico que precisan, por lo que, junto con sus socios ha distribuido 30.000 concentradores de oxígeno a países de todo el mundo. UNICEF, por su parte, ha repartido 15.000 en 90 países.
Para aliviar la escasez de oxígeno médico en el mundo y ayudar a salvar vidas, UNICEF y Save the Children hacen varias recomendaciones a los gobiernos y donantes:
Invertir en sistemas de oxígeno en los países de ingresos bajos y medianos, incluyendo a África y el sur de Asia, para proporcionar un suministro sostenible de ese elemento y acercarlo a los niños que lo necesitan.
Mantener y fortalecer los servicios de salud esenciales durante el brote de COVID-19 y más allá de éste por medio de un paquete de cuidados sanitarios básicos gratuitos para todos que incluya terapia con oxígeno.
Generar mejores datos para monitorear la pandemia y sus efectos en el sistema de atención de salud. Esos datos deben abarcar la oximetría de pulso para diagnóstico, el oxígeno y los antibióticos de primera línea recomendados para la neumonía infantil, entre ellos la amoxicilina en tabletas y antibióticos inyectables para la neumonía grave. (I)
Fuente: UNICEF