(Testimonio de la comunicadora y académica Paulina Escobar Ronquillo, tomado de )

“Estos días de feriado han sido un descanso para los chicos, pero también para quienes estamos detrás de la ajetreada actividad de la casa-escuela-colegio. No me quiero imaginar en estas circunstancias un trabajo a tiempo completo, porque con las tareas de mamá-profesora-señora del bar-ayudante de tareas a tiempo y a última hora, el tiempo nos consume.

En este ‘campus’, las clases del colegio comienzan a las 08:00 y las de la escuela a las 09:00. Pero el “tras las cámaras” de un día a día de clases virtuales, parece que empieza, pero no termina; sobre todo las tareas del primer grado las que me tienen de cabeza. Solo una aclaración, no he logrado aprenderme lo de “primero de básica”, segundo de básica, primero de bachillerato” … Y ya no lo intento…

Bueno, normalmente, a penas abro el ojo, lo primero que hago es tomar los pedidos de los comensales-estudiantes-hijos. Chocolate caliente o agüita medicinal, pan con mermelada o pedazo de pastel casero y huevos a gusto: derretido (frito), en trocitos (revuelto) o sellado (frito por ambos lados), son parte del menú. Aquí atendemos a los gustos de cada comensal-estudiante-hijo. Calidad, ante todo. No podemos fallar.

Después del desayuno, los “grandes” se conectan solos a las computadoras de sus aulas-dormitorios. La puntualidad es la única condición para acceder a cada clase y tener la cámara prendida la garantía de su asistencia.

La mañana sigue “gradas arriba” a donde corro para conectarle al Juanma. A veces empieza animado, a veces a regañadientes, pero “una vez instalado”, debo bajar nuevamente a alistar las colaciones. Los chicos apenas tienen unos 10 o 15 minutos… Yogur con galletas o jugo de algo con pastel, a veces chochos con tostado…

Acabado “el recreo”, hay que volver a las clases de primer grado, sobre todo cuando es martes o viernes que tiene clases casi seguidas. En seguida o, por lo menos, a mí me parece así, empiezan a salir el José y la Isa de sus clases. A veces, muertos del hambre, a veces con la lista de deberes… ¡¡Luego, es el Juanma el que tiene hambre y también deberes… Auxilio!!

Cuando converso con otras mamás que también hacen de profes de sus hijos a veces me preguntan, pero ¿cómo haces con 3 hijos? Casi nunca respondo porque yo tampoco sé cómo hago… Y así continúa el día.

La tarde es para los deberes, que con el Juanma cuando no tiene ganas de hacer, puede tomar toda la tarde, pero claro conmigo, buahhhh porque con el papá sí hace rápido y con todo el ánimo, jaja.

Esta época no para de enseñarnos cosas que nos ponen a prueba, pero también cosas bonitas. Jamás me hubiera imaginado que iba a “repetir” el primer grado con mi hijo, el grado más importante de la escuela, de la vida! Me he acordado cuando a mí también mi mami me cogía de la mano para ayudarme a dibujar las primeras sílabas y luego palabras… ¡Qué bonitos recuerdos!

Veo en los ojos del Juanma mí misma emoción cuando va copiando las palabras que le piden, pero también va creando sus propias palabras… Las cosas que implican esfuerzo también implican emociones. Por eso, esta época me tiene así, a veces al borde, pero también ilusionada por lo que en este campus-casa seguimos aprendiendo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *