El dolor crónico afecta a millones de personas en todo el mundo, impactando no solo la calidad de vida, sino también la capacidad para realizar actividades cotidianas. Para muchos, este dolor se convierte en un compañero constante, limitando su movilidad, su independencia y su bienestar general. Entender que el dolor crónico puede ser tratado de manera integral es el primer paso para mejorar la calidad de vida.
Antes de implementar cualquier estrategia, es esencial entender la causa subyacente del dolor. Realizar una evaluación médica adecuada permite identificar el origen y, en consecuencia, elegir el tratamiento más efectivo.
La Fisiatría, también conocida como Medicina Física y Rehabilitación, es una especialidad médica que se centra en restaurar funciones corporales, mejorar la movilidad y reducir el dolor nos comenta la Dra. Ruth Palacios fisiatra del Hospital Vozandes Quito, su rol es desarrollar planes de tratamiento personalizados que aborden las necesidades únicas de cada paciente, combinando terapias avanzadas y métodos innovadores.
Vivir con dolor puede afectar significativamente la salud mental. Practicar técnicas de relajación, mindfulness y acudir a apoyo psicológico son herramientas fundamentales para mantener una actitud positiva y resiliente frente a los desafíos diarios. El movimiento controlado, guiado por profesionales de la salud, no solo fortalece el cuerpo, sino que también mejora la circulación y reduce la rigidez muscular.
No subestimes el poder de técnicas como la acupuntura, la masoterapia o la hidroterapia. Estas opciones, integradas a un plan de rehabilitación, pueden ser excelentes aliadas en la gestión del dolor, siempre y cuando tu doctor te recete.
Recuerda que el dolor no tiene que ser una carga permanente.
Fuente: Servicio de Fisiatría del Hospital Vozandes Quito.