A raíz de fechas especiales como el reciente Día de San Valentín y Día de las Madres, 2022 se proyecta para los floricultores un año clave de crecimiento.

 

En la actualidad, las flores nacionales inundan el mercado internacional, en especial, el de Estados Unidos, destino del 78 % de las exportaciones de Ecuador en cuanto a esta industria. Cada vez los pedidos son más exigentes y cumplir con estos estándares de calidad es uno de los retos más importantes para el sector, sobre todo, cuando el valor comercial depende de que las características estéticas de la flor se mantengan en el tiempo.

La alta calidad por la que este producto nacional es reconocido en el mercado internacional nos permite competir con países como Colombia, Kenia y Holanda, principales exportadores de flores en el mundo. De acuerdo con cifras de Fedexpor este sector genera alrededor de 105.000 empleos directos e indirectos, siendo el 51 % de la fuerza laboral en este sector femenino. No obstante, en las temporadas de 2020 y 2021, la exportación de este producto se ha visto afectada a raíz de la pandemia generando pérdidas considerables en el sector.

Sin embargo, 2022 se proyecta como un año con miras a la recuperación. Por lo que, frente a este escenario y con miras a la competitividad, los productores deben innovar en sus procesos en toda la cadena de valor desde el cultivo, hasta su llegada al usuario final, considerando incluso el tiempo que la flor perdura en florero.

“Además del importante aporte en la generación de divisas para el país y de la generación de una marca con alta reputación en el mundo, el cultivo de flores tiene un impacto positivo en el desarrollo de las regiones”, explica Teófilo Bustingorri, Gerente de País de la unidad de Soluciones Productivas para la Agricultura de Ecuador en BASF, quien agrega que “es por esto que la competitividad es altamente importante en este sector, sobre todo para mantener las cualidades comerciales de la flor, cuyo precio en el mercado es determinado por su estética en el punto de venta y no en la cosecha”.

Un enemigo silencioso que acelera el envejecimiento de la flor y contribuye al deterioro de la misma es el etileno, un compuesto producido por la flor de forma natural, pero que aumenta su cantidad debido a lesiones físicas ocasionadas por el maltrato en procesos de poscosecha, al estrés por presencia de patógenos o por los cambios de temperatura durante todo su transporte. “Teniendo en cuenta que un tercio de la vida útil de las flores cortadas está influenciada por el ambiente previo a la cosecha, mientras que los otros dos tercios dependen del manejo y las condiciones en poscosecha, es importante integrar procesos más innovadores, especialmente en esta última fase de la cadena, que harán que la flor no se estrese y se dañe”, asegura Bustingorri.

En la actualidad, los floricultores cuentan con tecnologías encaminadas a producir en la planta una mayor tolerancia al estrés. Este tipo de tratamientos desarrollados por investigadores de BASF, líder mundial en soluciones para la agricultura, ha impactado la calidad de la flor de exportación alargando los tiempos de vida en florero. “El uso de fungicidas en poscosecha es muy importante y las rosas además de presentar menor afección de Botrytis cinérea –una de las principales enfermedades que afecta a los tallos, disminuyen su sensibilidad al etileno exógeno, aumentando la duración de vida en florero”, aclara el experto.

Además de la incorporación de estas innovaciones en la poscosecha, también es importante determinar las condiciones en las que viajan las rosas de exportación tales como la temperatura, humedad, mezclas con otras especies, las concentraciones de etileno a las que están expuestas y la duración de cada una de estas en esos ambientes. Solo así se puede maximizar la competitividad de este símbolo económico de nuestro país en el exterior.

Acerca la División de Soluciones para la Agricultura de BASF
Con una población en rápido crecimiento, el mundo depende cada vez más de nuestra capacidad para desarrollar y mantener una agricultura sustentable y entornos saludables. Trabajando con agricultores, profesionales agrícolas y expertos en el manejo de plagas y otros, nuestro rol es ayudar a que esto sea posible. Es por eso que invertimos en I+D y en un innovador portafolio que incluye semillas, eventos biotecnológicos, productos químicos y biológicos para la protección de cultivos, productos para el cuidado del suelo y las plantas, control de plagas urbanas y rurales, además de soluciones digitales. Con equipos de expertos en nuestros laboratorios, fábricas, oficinas y en el campo, conectamos el pensamiento innovador con acciones concretas para desarrollar soluciones útiles para el día a día de los agricultores, la sociedad y el medio ambiente. En el 2019, nuestra división generó ventas de 7,8 mil millones de euros. Para más información, visítenos en agriculture.basf.com o en cualquiera de nuestros canales de redes sociales.
Acerca de BASF
En BASF, creamos química para un futuro sustentable. Combinamos el éxito económico con la protección ambiental y la responsabilidad social. Los aproximadamente 117 mil colaboradores del Grupo BASF trabajan para contribuir con el éxito de nuestros clientes en casi todos los sectores y países del mundo. Nuestro portafolio está organizado en 6 segmentos: Químicos, Materiales, Soluciones Industriales, Tecnologías de Superficie, Nutrición y Cuidado y Soluciones para la Agricultura. BASF generó ventas superiores a los €59 mil millones en 2019. Las acciones de BASF se cotizan en las bolsas de Frankfurt (BAS) y como American Depositary Receipts (BASFY) en los Estados Unidos. Para obtener más informaciones, visite: www.basf.com . (I)

 

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