La historia de las mujeres en la ciencia denota una lucha incansable por visibilizar su trabajo y esfuerzo en este ámbito. Esto ha significado una tarea compleja; sin embargo, gracias a ella hoy es posible vislumbrar un camino de igualdad que permite a las mujeres seleccionar una carrera científica y/o de investigación para profesionalizarse en ella.
En el marco de la pandemia se produjeron grandes cambios en múltiples aspectos, entre ellos, el del acoplamiento necesario a una nueva normalidad caracterizada por el distanciamiento social, a fin de preservar la salud de las personas.
Esto generó que las mujeres accedan a la modalidad de teletrabajo, creando en sus hogares, verdaderas trincheras desde las cuales demuestran sus capacidades como científicas, madres, esposas, hijas y amigas, cumpliendo eficientemente todos estos roles.
Las mujeres, en épocas difíciles, se muestran valientes y buscan superar barreras en todo momento. Así lo expusieron muchas de ellas durante esta difícil etapa de pandemia, en la cual, su investigación y aporte científico desde el ejercicio profesional fueron fundamentales en la lucha contra el COVID-19.
Según la UNESCO, menos del 30% de los investigadores en el área de las ciencias en el mundo son mujeres. Ejemplo de ello, es la labor desempeñada por Ana Karina Zambrano, ingeniera y magister que actualmente es investigadora y docente de la Universidad UTE; científica en el campo de la genética, cuyo objeto de estudio son los genes de la población ecuatoriana.
Su labor le ha permitido detectar, de manera temprana, enfermedades como el cáncer y otras poco conocidas mediante la aplicación de conocimientos bioinformáticos en el análisis de datos de última tecnología y el uso de la secuenciación de nueva generación, esta última, como una herramienta con la que permite analizar varios genes a la vez.
En este punto, es importante entender que las sociedades deben trabajar por la inclusión de la mujer en todos los ámbitos y reconocer su invaluable labor en la detección y tratamiento del virus; así también, en sus roles como educadoras, comunicadoras, comerciantes, agricultoras, promotoras, enfermeras, personal de limpieza, entre otros.
Sería importante destacar también la labor de grandes mujeres que aportaron activamente al desarrollo de las ciencias y fomentaron la igualdad de género como: Tapputi-Belatekallim, quien direccionó sus estudios a la química y desarrolló técnicas de destilación para elaboración de perfumes; Hipatia de Alejandría, con sus contribuciones al campo de las matemáticas; Dolores Cacuango, Lorenza Avemañay y Manuela León, activistas ecuatorianas referentes en la lucha por la igualdad social en Ecuador; Rosalind Franklin, por sus imágenes en la estructura del ADN; Marie Curie, la primera mujer en ganar un premio Nobel en física por su aporte en radiación.
De esta última se cita una de sus frases más célebres: “La vida no es fácil para ninguno de nosotros. Debemos tener perseverancia y, sobre todo confianza en nosotros mismos. Debemos creer que estamos dotados para algo grande y que esto debe ser alcanzado”.