Foto: Izquierda, Norberto Fuertes en 1993 en El Salvador. Derecha superior, con René Torres, Jaime Rosero, Álvaro San Félix, Hernán Cevallos, Walter Bustos, Ruchi Diaz, Armando Grijalva, Miriam Robayo y Gonzalo Zaldumbide, en 1985 en Ciespal, grababan la Producción de la radionovela sobre Atahualpa, una adaptación de la obra de Benjamín Carrión. Derecha inferior, con su esposa Sonia María Bustos y sus hijos en 2024.
El escritor, guionista, músico y gestor cultural nació en 1966 en El Carmelo, una de las nueve parroquias rurales del cantón Tulcán, provincia del Carchi. En este lugar de la frontera norte se fundan todas sus historias, cuentos y leyendas. Escuchaba las estaciones colombianas: Caracol, Sutatenza, RCN, Nacional de Colombia y en las noches una de Ecuador, específicamente de Santo Domingo de los Tsáchilas, cuyo avance decía “Radio Zaracay, la radio de las multitudes”. Se emitía un programa de compra, venta y trueque de cosas que era muy sintonizado.
Los locutores colombianos son buenos para narrar historias. Norberto Fuertes al oírlos se dio cuenta que a él también le gustaba escribirlas y contarlas. Este talento fue alentado por su abuelo materno, Alejandro Morillo, quien era un espectacular relator de las tradiciones orales. Primero tuvo un acercamiento con radio Rumichaca, por ello tiene un cuento sobre esta emisora, que versa sobre la trayectoria de su propietario Efraín Cabezas, que era músico e integrante del Trío Los Romanceros y trabajó en varias emisoras de Cali. En Colombia conoce sobre el manejo de la radio y crea en 1954 su emisora a la que denomina Rumichaca, la dirigió hasta 1972 cuando falleció en la capital ecuatoriana. “Desde que observé el estudio, la consola, los micrófonos y las cintas de esta estación, dije este es mi mundo”. En la secundaria fue apegado a los clubes de periodismo, que se reunían los sábados en el Colegio Vicente Fierro, donde estuvo hasta cuarto curso. Terminó sus estudios en el Colegio Andrés Bello de Quito.
El libretista y musico carchense destaca que el secreto para que los oyentes no se cansen de la programación, es que la radio se debe escribir. La única diferencia que hay de un locutor de otro, es la forma cómo leen lo escrito. Cuando se enamoran del texto aparece la magia, acompañada con los efectos de sonido, música y entonación de los actores. Para hacer radio primero hay que saber redactar, solo así este medio de comunicación no morirá, porque ahí habrá la oportunidad de seguir creando, porque los mejores programas son los que se han escrito, asegura el gestor cultural.
Es multi-instrumentista, desde los 12 años tocaba el charango, guitarra, bajo y percusión. Cuando se trasladó a Quito, tenía 20 años y la música formó parte de su vida. Ha sido parte del acompañamiento musical de varios artistas, juntamente con Fernando Silva, Luis Eguiguren, su hermano Alejandro Fuertes, Nelson Cadena, entre otros. En esa época en la capital ecuatoriana se masificaron “Las Peñas”, que eran espacios de esparcimiento que se caracterizaban por la presentación de conjuntos musicales y se expendía las conocidas guayusas. Ahí trabajaba y el pago era bueno.
Estudió primero ingeniería Civil en la Universidad Central del Ecuador, pero no tenía vocación para esa carrera. Una tarde leyó en el vespertino quiteño Ultimas Noticias: Instituto Técnico Superior de Radio y Televisión, con tres carreras fundamentales: operación de equipo, guionismo y locución de radio. “Esto es lo mío”, repitió. Con lo que había ganado en las presentaciones artísticas se inscribió. Le aviso a su mamá, Carmen Morillo, quien no estaba de acuerdo, pero entendió.
Ha sido parte de Ciespal y las radios: HCM1, Casa de la Cultura Ecuatoriana, Q -La Radio de Quito- de Eduardo Villaquirán Lebed; Universidad San Francisco y La Luna. Ha laborado con los locutores más conocidos de la comunicación: René Torres, Marco Muñoz, Álvaro San Félix, Germán Campaña, Jorge Chino Carrera, Sammy de la Torre, Francisco Ordóñez, Gustavo Cevallos Velásquez… Nunca se imaginó trabajar con estos grandes señores de la radio, porque escucharlos leer lo que él había escrito, era sorprendente tenían unas voces espectaculares.
Su obra se ha caracterizado por tender puentes entre la tradición oral ecuatoriana, la música popular y las expresiones contemporáneas del arte. Ha creado canciones, cuentos y obras radiofónicas que recuperan la memoria colectiva, los mitos populares y las historias de vida de diversos rincones del país, especialmente de la provincia del Carchi, a la que rinde constante homenaje, por ello ha impulsado festivales como «Carchi, Cántame un pasillo», «Relato Carchense» y «Carchi, te cuento un cuento», que promueven la literatura y la música.
El periodista nacido en El Carmelo ha entrevistado a reconocidas figuras de la cultura nacional como: Antonio Preciado, Gerardo Guevara, Gonzalo Benítez, Oswaldo Guayasamín, Huberto Santacruz, Mélida María Jaramillo (La Lojanita), Paulina Tamayo e Hilda Vaca. Además, ha musicalizado cuentos infantiles con instrumentos andinos. Es creador de radio-dramas sobre figuras emblemáticas como Julio Jaramillo y los proceres de la Independencia. Ha rendido tributo a músicos como Fernando Guerrero, maestro del charango. También trabaja en guiones teatrales, cuentos de ciencia ficción con identidad local, y adapta leyendas ecuatorianas en un formato breve y radial.
Como gestor cultural, es miembro activo de la Sociedad de Escritores y Guionistas del Ecuador (SEYGE) y ha liderado proyectos de difusión artística en colaboración con la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”, donde también dirige el programa radial «Viva la Vida», espacio dedicado a la reflexión filosófica, la memoria musical y la promoción de una vida saludable y solidaria.
Casa de la Cultura, la música clásica y CIESPAL
En 1949 Benjamín Carrión creó la radio Casa de la Cultura Ecuatoriana, que al inicio era en Amplitud Modulada -AM- luego de unos años se emitió en Onda Corta. Era común ver en sus estudios y auditorios a Fausto Gortaire, Carlota Jaramillo, el Dúo Benítez-Valencia, Los Hermanos Miño Naranjo, Pepe Jaramillo, Pancho Piedra, Gerardo Guevara, Claudio Aizaga, Edgar Palacios, Lucho Gordon, La Estudiantina Quito, Conjunto de Cámara, el Coro de la CCE, el Trío América y los Indianos con Camilo Santacruz, Pepe Quevedo, Leopoldo Iturralde y Washington Avilés. Todos estos artistas también ensayaban en CCE. Con su esposa Sonia María Bustos han realizado más de 1300 entrevistas a personajes de todos los ámbitos: pintores, escultores, escritores, políticos…
En 1975 se produjo un cambio en la emisora, compraron nuevos equipos y lograron mayor alcance. Luego de unos años fue nombrado presidente de la CCE el arquitecto y urbanista, Milton Barragán Dumet, quien es considerado como el principal exponente del brutalismo en el Ecuador y Latinoamérica. Con el escultor y político nacido en Huigra, provincia del Chimborazo, ingresaron también nuevos directores, en el caso de la radio lo hizo el locutor y cantante carchense, Marco Vinicio Escalante.
Después de un tiempo hubo una nueva generación que permaneció en la mente y corazón de los oyentes: Patricia Robalino, Jaime Rosero, Byron Garzón, Paco Velasco, Marisol Cadena, Roberto Sánchez, Marco Vásquez, Álvaro Manzano, Marco Muñoz, Gustavo Cevallos, Sammy de la Torres, Jorge “Chino” Carrera, Galo Jácome, Vicente Moya, José Velásquez…
Norberto Fuertes ingresó a la emisorael 1 de junio de año 1989, estudiaba en la Facultad de Comunicación Social y en el Instituto Técnico Superior de Radio y Televisión, uno de los requisitos que les pedían a los alumnos era realizar las pasantías y las cumplió en esta estación. Tuvieron el apoyo de la Deutsche Welle, con programas grabados en las cintas de carrete azul; también había material de la Radio Nacional de España y Nederland de Holanda. “Eran otros tiempos”, señala.
Lo interesante de estas alianzas radiales, es que a través de estas cadenas internacionales se podía acceder a los cursos del Centro Internacional de Estudios Superiores para América Latina (CIESPAL). Esas becas no obtenían los trabajadores de las radios privadas, sino solo las públicas: Nacional del Ecuador y Casa de la Cultura. Hubo acceso a una gran cantidad de cursos y seminarios de actualización: guionismo producción de radio, radionovelas, producción de radioteatro, reportajes, informativos, documentales sobre temas especialmente indígenas y de cultura popular. “CIESPAL fue nuestra gran escuela por el contacto con radiodifusores que venían de otros países”, enfatiza.
Huberto Santacruz, Ángel Leonidas Araujo Chiriboga y Marcos Espinosa Barzola
En la Radio Casa de la Cultura se emitía únicamente música clásica, dedicada a los grandes compositores, pero unos años antes estaba destinada exclusivamente a la música ecuatoriana, por ello en los primeros meses que estuvo en la emisora pudo conocer al músico quiteño Huberto Santacruz Carrera, a quien el director de radioteatro Leonardo Páez lo calificó como “El artífice del piano criollo”. Cuando llegaba siempre tocaba el piano con temas ecuatorianos. “Era de una calidad humana increíble”.
Había un auditorio para unas 30 personas donde se desarrollaban los programas en vivo, se destacaba un micrófono RCA. En ese escenario participaron voces y músicos que son recordados como René Torres, Sammy de la Torre, Jorge “El Chino” Carrera, Álvaro San Félix, este último siempre estaba en la emisora y les daba algunos tips de guionismo. Las tardes eran complementadas musicalmente con Edgar Palacios, Hernán Tamayo y varios tríos que eran muy populares en ese tiempo.
Ahí también pudo conocer al hermano de Jorge Araujo Chiriboga, esposo de Carlota Jaramillo y autor del tema Sendas Distintas, era 1988. Se trataba de Ángel Leonidas, quien escribió el pasillo “Rebeldía”, cuya frase “Señor no estoy conforme con mi suerte es muy conocida”. Monseñor Carlos María de la Torre, en ese entonces obispo de Riobamba, sugirió “la excomunión para autores, intérpretes y oyentes, de esta canción a la que denominó pasillo maldito”, recuerda el cantautor Paco Godoy Aguirre. Al compositor y poeta quiteño nacido en 1900, quien siempre lucía un impecable terno negro, lo pudo conocer, porque siempre llegaba a la radio y traía un paquete con fotografías, para recordar y compartir su historia, algunas se esas reliquias se perdieron en el camino, lo que fue muy duro para él. “Nosotros como éramos jóvenes nos deleitábamos con esas conversaciones”.
Otro de los personajes que visitaba la radio era Marcos Espinosa Bárzola, gerente de JD Feraud Guzmán en Quito y experto en música nacional, quien donaba una gran cantidad de discos de música ecuatoriana. El empresario guayaquileño era muy cuidadoso con el material que tenía, por eso su hijo Marcos Espinosa Morales, tiene en su archivo personal un CD grabado en el año 2005 donde dice lo siguiente: “Programa del día 9 de octubre de 2005, en la Radiodifusora de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión. Marcos Espinosa Barzola entrevistado por el señor Norberto Fuertes”.
Marco Muñoz, René Torres, los guiones y Gustavo Cevallos
Su ingreso a la Radio de la Casa de la Cultura Ecuatoriana se dio gracias a Marco Muñoz, quien era el director y profesor de AER daba Redacción Creativa; y a los otros miembros del Grupo “Los Tzántzicos”, que eran poetas formidables como: Ulises Estrella, de la Cinemateca Nacional; Antonio Ordoñez, director del Teatro Ensayo; Alfonso Murriagui, que presentaba el periódico Opción, que se publicaba cada mes en la CCE, entre otros. Ellos le dicen que tiene que hacer la pasantía en esta estación. “Yo, al principio no quería, porque deseaba ir a Radio Bolívar de Jorge Aguilar Veintimilla, que era FM. Era joven y pensaba que lo mejor era la Frecuencia Modulada”, por ello no quería estar en una emisora en AM.
Con el tiempo le encantó la emisora, porque le contactó con el mundo de la cultura y el espectáculo: el Dúo Benítez y Valencia, Mélida Jaramillo, Huberto Santacruz, Fausto Gortaire, luego llegó Paco Godoy Aguirre. Todos eran entrevistados para conocer sus historias.
A los dos años de estar en este lugar participó en un concurso de merecimientos y oposición. Ganó el nombramiento. Han sido más de 36 años de aprendizaje y aporte, donde ha conocido a gente valiosa: pintores, artistas, músicos, poetas y escritores. Le encanta trabajar en la CCE, porque puede cubrir los eventos de la institución en video, audio y fotografía.
Norberto es gestor cultural y ha realizado varios festivales, uno de ellos en 1998, que se denominó de las orquestas del recuerdo, en el Ágora del CCE, duró desde las 18:00 hasta las 05:00 de la mañana. Se presentaron: Don Medardo, Los Titos, Los Locos del Ritmo, Gustavo Velásquez y Gustavo Cevallos Velásquez, que en ese tiempo era director de Radio Quito.
Norberto y Marcia Subía, primera voz del Dúo Serenata lo visitaron “La Voz de la Capital”. Le solicitaron apoyo en la publicidad para promover el evento. El locutor y periodista quiteño les contestó que sí, pero siempre y cuando él cante. “Sé los temas inolvidables de la Sonora Matancera”, insistió con una sonrisa. Norberto le contesta. “Bueno. Hagamos ese canje “. Las presentaciones fueron espectaculares.
Desde ese día le gustó producir eventos a gran escala. Luego nació “Los Domingos de Casa Abierta”, que se realizó por cuatro años. Aglutinaba a tres o cuatro mil personas con la presentación de artistas internacionales. El músico carchense se dio cuenta de la importancia de trabajar armónica y cercanamente con los otros medios de comunicación, porque eso le permitía promover un sinnúmero de actividades que realizaba la institución.
Norberto estuvo también en Radio Católica con René Torres, a quien le escribía los guiones sobre las misas. En Semana Santa la emisora de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana estrenaba producciones sobre La Pasión de Cristo, que eran muy sintonizadas… Al locutor nacido en Yaruquí, una de las 33 parroquias rurales del DMQ, “era impresionante escucharlo. Todos nos arrimábamos a él y el resultado era perfecto. Él nos enseñó a modular y hacer varias voces: joven, adulto, niño…”. En esta emisora estaban: Marcos Párraga, José y Marco Mármol, Miguel Ángel Cuenca, Carmen Elena Moscoso, entre otros.
La radio se escribe…
El gestor cultural le agradece a la CCE la posibilidad de crear y escribir historias. Cuando estudió en AER había voces espectaculares: Perikles Velastegui, Edison Santamaría, Germán Campaña, Edison Calderón, Mónica López, Bibiana Astudillo, así como de los profesores: René Torres, Jorge Palacios, Álvaro San Félix, Hernán Tamayo, que daba técnica bucal y el Dr. Carlos Bracho Benavídez, fonología de la voz… Norberto vio una oportunidad y empezó a escribir los libretos y guiones… “Ese es mi lugar”, insistió.
Asegura que la radio no solo es locución, sino que depende de la creatividad y el ingenio de quien la escribe, porque hay radioteatros, radionovelas, dramatizados, noticias y programas musicales. Ese es su campo de acción y no le ha ido mal, porque hasta ahora escribe cuentos y leyendas, que las adapta e incluye varios cambios. “De mi pueblito El Carmelo le sobredimensionó, con la finalidad de cambiar el contenido y el rumbo de los finales”. La radio es voz y escritura, si se cumple esto nunca desaparecerá, insiste.
Radios La Luna, Q, de la Universidad San Francisco, el dramatizado la Puerta del Terror y la Historia de Julio Jaramillo
Las producciones de radioteatro se iniciaron por un acercamiento que hubo con Paco Velasco, quien era parte del el Centro de Educación Popular del Ecuador (CEDEP) que recibía financiamiento internacional, con esto se logró producir varios programas informativos, apareció La Clave, cuyos programas se emitieron en las emisoras: Visión y Casa de la Cultura, luego en La Luna. Se innovó la programación con la presentación de las noticias dramatizadas, que les gustó y cautivó a los oyentes. Esta relación laboral duró casi 15 años. En Radio La Luna estaban: Daniel Castellanos, Patricia Pérez, Sonia María Bustos, Luis Ramiro Pozo, Ataulfo Tobar, Pablo Salgado y Daniel Peña.
En 1992 crearon en la Radio de la Casa de la Cultura varios dramatizados que hasta ahora son recordados: “La Puerta del terror, La Caja Ronca o los Misterios a Medianoche”. Este tipo de radioteatro surgió en una noche especial. “Queríamos despedir la programación y no se apagaba la radio, entonces empezamos a contar cosas de terror. Pusimos efectos de cadenas, paredes, pasos, ruidos y empezamos a contar las historias que en ese momento teníamos”. En el estudio estaban: Paco Velasco, Sonia María Bustos, Walter Bustos, Marco Bohórquez… Era impresionante la cantidad de llamadas que se recibía. Toda la gente contaba relatos de “miedo” del centro histórico de Quito, de los pueblos cercanos o de otras provincias.
Ese programa fue un éxito, eso se hizo con la ayuda de una computadora, que, en ese tiempo, en el disquete, apenas alcanzaba unos 100 efectos de sonido. Con eso se comenzó a recrear las historias de los oyentes.
Este programa se pasó primero en Q (94.9). Norberto y su esposa Sonia María fueron los fundadores de la Radio de Quito. Su propietario era el militante del Partido Social Cristiano -PSC- Eduardo “Tato” Villaquirán Lebed. Esta estación incluyó en su programación música popular: Julio Jaramillo, Alci Acosta, Gonzalo Benítez, Pepe Jaramillo, Don Medardo y sus Players. También iniciaron con los sábados de rockola desde las 19:00 con la conducción de Eduardo Guayta. “La radio en AM la trasladamos a FM. Fue un exitazo”, porque se convirtió en el parlante de los taxistas, quienes llevaban en la parte superior del parabrisas el logo que decía: “Q 94.9 FM, la Radio de Quito”.
En esta estación también le solicitaron al empresario e historiador, Marcos Espinosa Barzola, que haga un programa de música nacional, que fue muy valorado, por el conocimiento amplio que tenía sobre el pentagrama ecuatoriano.
Luego produjeron obras de radioteatro y radionovelas, una que tuvo una aceptación muy amplia fue la “Historia de Julio Jaramillo”. Otra era “Los Misterios a Medianoche” que se transmitía de 22:00 a 24:00. Gobernaba el país el arquitecto Sixto Durán Ballén, en ese período hubo cortes de energía eléctrica. Los dramatizados se transmitían en la noche y con la oscuridad se fortaleció la sintonía de los dramatizados de terror. En los hogares las familias debajo de las cobijas o alumbrados por una vela sintonizaban estos radioteatros que con unos efectos de sonido sensacionales hacían temblar a los oyentes. El elenco lo conformaban: Walter Bustos, Sonia María Bustos, Norberto Fuertes y Marco Bohórquez, quien estaba pendiente de las tres líneas telefónicas: en la una, la persona contaba la historia y en las otras los oyentes esperaban para hacer lo mismo. Muchas veces la gente se incomodaba y tocaba tener paciencia.
La tecnología se desarrollaba y se implementaba en las computadoras los efectos de sonido, paralelamente con la música que debía salir en la historia. Los operadores Vicente Moya, Rosban Flores oÁngel Gonzalo Montero debían convertirse en un DJ del sonido, esos golpes le daban puntuación positiva a la historia… En los colegios de Quitose comentaba mucho sobre el programa, que duró en esta emisora alrededor de cuatro años.
El equipo de la radio lo conformaban: El Flaco Mosquera, Sonia María Bustos, Pedro Luis Tasambay, Jorge Yunda Machado, Michelle Gómez Rodríguez, Germán Campaña Uquillas, Patricio Toro Campaña, Norberto Fuertes, Walter Bustos, Ángel Gonzalo Monteros, Marco Bohórquez y Mario Miranda.
Norberto cuenta que cuando llegó Jorge Yunda a la radio le dijo a su esposa Sonia María, que era la directora, que le encantaba la radio. Le explicó que es doctor en medicina, pero también músico y era parte del Grupo Sahiro. Su segmento iba de 13:00 a 15:00, compró una cantidad grande de música del recuerdo. “Tenía una caja de madera, parecida a las que llevan los jóvenes para el servicio militar”, cuenta Norberto.
Luego de ello con su esposa se trasladaron a la radio de la Universidad San Francisco de Quito (106.9) que también la fundaron juntamente con Patricio Tinajero, a quien le gustaba el radioteatro, aunque decía que la producción era muy cara, pero siempre apoyaba el trabajo.
Las historias se extendían hasta la 01:00 o 02:00, la gente no los dejaba ir. El programa empezaba a las 21:00 y las llamadas telefónicas inundaban la cabina unos 20 minutos antes de empezar la emisión. La gente quería contar su historia. La participación era masiva. Estaban también Rosban Flores y Oscar Portilla.
Iliana Cervantes Lima
Voces de la Radio









