En un encuentro de confraternidad entre el Municipio de Quito y los vecinos del Relleno Sanitario El Inga se realizó este sábado, la ‘Gran Colada Morada Rural’, en la comunidad de Itulcachi, al nororiente de Quito.

Desde muy temprano un grupo de voluntarios colaboró con la elaboración de este plato tradicional, con los ingredientes proporcionados por el Mercado Mayorista EP. El concejal Ángel Vega, junto a representantes de Yaruqui, Checa, voluntarios y vecinos exhibieron sus habilidades para preparar esta tradicional bebida.

Los asistentes, en su mayoría de los sectores aledaños a Itulcachi disfrutaron de una serie de números preparados para esta ocasión, inflables, caritas pintadas, canes amaestrados por los agentes de control realizados una entretenida presentación, grupos de arte, danza de diversas instituciones amenizaron la programación, que concluyó con la degustación de la exquisita colada morada junto a la guagua de pan que se brindó a todos los presentes.

La alcaldesa subrogante, Fernada Racines, señaló que el Municipio no es solo una estructura física, sino un conjunto de personas que sirven a la capital y que desean compartir con la comunidad de Itucachi, Pifo, La Merced y todos los vecinos que habitan alrededor del Relleno Sanitario. “Queremos disfrutar con ellos de la colada morada y la guagua de pan, que son parte de nuestra tradición, nos recuerdan a los seres queridos que ya no están y también son un excelente pretexto para reunirnos en familia, fortalecer la identidad y el sentido de vecindad”, expresó.

El concejal Ángel Vega destacó que esta actividad permite compartir con los vecinos. «Somos parte de la ruralidad. Estos espacios nos permiten tener ese acercamiento con nuestros ciudadanos. Yo pienso que la ciudad no necesita, simplemente que sus concejales los visiten épocas de campaña si no demostrar que estamos juntos a ellos en todo momento, especialmente cuando recordamos a nuestros difuntos y las tradiciones de nuestro territorio.

Una noche con los difuntos en Alangasí

 Un momento central fue el recorrido del animero, personaje encargado de “despertar” a las almas con el tañido de una campana, acompañado por el sonido del tradicional churo y por canciones que conformaron una verdadera serenata a las almas.

Tras participar en una misa en memoria de los difuntos y una procesión por las principales calles, los vecinos y vecinas de la parroquia de Alangasí, al oriente de Quito, se congregaron la noche de este sábado, en el cementerio para participar en una serenata y una serie de actividades para recordar a sus seres queridos. Este es la primera vez que se realiza esta actividad, la cual quedó establecida para celebrarse todos los años en esta fecha.

La alcaldesa subrogante, Fernanda Racines, destacó que esta es una tradición de nuestros ancestros.  «También es una forma de crear comunidad, porque estamos en medio de la noche en el cementerio y la comunidad está reunida y tranquila, eso es lo que queremos, que la gente se sienta segura de recorrer, su ciudad, su parroquia y ahora estén junto a sus seres queridos», indicó.

Lorena Morocho, presidenta de la comuna centro del pueblo de Alangasí, recordó que esta comuna fue fundada el 7 de noviembre de 1938 -hace 83 años-. El cementerio era un espacio donde la comunidad sentía temor entrar, pero es un espacio de gran legado e historia, de ejemplo de vida, por ejemplo, aquí está mi padre, ese líder, de quien sigo su ejemplo.

Este evento tiene como objetivo romper mitos y acercar a la comunidad a sus familiares, con ese amor que nos caracteriza, sobre todo conservando nuestra identidad.

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